Nacional lo catapultó al fútbol colombiano. Fue como tercer arquero, pero sus buenas actuaciones lo hicieron hacerse dueño y figura del arco del equipo de Medellín.
Desde allí, volvió al país, donde sólo había atajado en el ascenso, para sumarse a River a principios de año y ocupar un puesto que estaba vacante.
Tras la salida de Marcelo Barovero, Gallardo no encontró respuestas en Augusto Batalla, Enrique Bologna ni Germán Lux. Armani llegó para hacerse dueño de ese arco.
Apenas 21 partidos jugó en River, entre Superliga, Copa Libertadores y la Supercopa Argentina.
Aquella final ante Boca le dio una visibilidad extra. Pero Jorge Sampaoli puso los ojos en él cuando fue a ver el clásico River-Racing. Esa noche, en
Avellaneda, el arquero tuvo una de sus mejores actuaciones en el equipo de Núñez.
El técnico de la Selección, quien tenía pensado mirar a Lautaro Martínez, quedó maravillado con Armani.
Sus números en River llaman poderosamente la atención. Jugó 21 partidos en la temporada, los que lo catapultaron al seleccionado. Apenas 10 goles le hicieron en esa cantidad de encuentros.
Fue figura en la mayoría y ahora tras este debut triunfal, promete iniciar una nueva era en el arco albiceleste. Ojalá, llegue bien lejos.