El ex fiscal Robert Mueller afirmó ayer ante el Congreso de Estados Unidos que no exoneró a Donald Trump de ningún delito en su investigación sobre la trama rusa, aunque dio poca tela para cortar a los legisladores demócratas que veían en este interrogatorio su llave de ingreso a la Casa Blanca en 2020.
"El presidente no fue exculpado por los actos que supuestamente cometió", manifestó Mueller durante una esperada comparecencia ante el comité judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Trump dijo varias veces que fue exonerado de manera “completa y total”, pero Mueller reiteró que no podía acusarlo de ningún delito debido a las normas del Departamento de Justicia que impiden imputar a un jefe del Estado mientras está en el poder.
Cuestionado por el presidente del comité judicial, el demócrata Jerry Nadler, el ex fiscal dio un tajante "no" a la pregunta sobre si su investigación exoneraba a Trump, aunque ante la repregunta sobre si el gobernante podría ser enjuiciado cuando deje la Casa Blanca, Mueller dijo que "sí".
En marzo, el fiscal especial entregó al Departamento de Justicia un informe en el que se resumían las conclusiones de su investigación acerca de si el equipo de campaña del republicano conspiró con funcionarios del gobierno ruso para perjudicar a su rival en las elecciones de 2016 y si el mandatario había tratado de obstruir en la investigación.
En su informe, Mueller señala que no hay evidencia suficiente para imputar a Trump aunque aclara que si hubiera estado “seguro” de que el presidente no cometió un crimen de obstrucción a la justicia lo habría dicho.
En este último punto se afirman los demócratas para justificar el juicio político contra Trump.
Pero Mueller ya aclaró varias veces que su "misión" no es determinar si Trump debe ser sometido a un juicio político en el Congreso y dejó esa decisión en manos de los legisladores.
“Investigación minuciosa”
Esta es la primera vez que el ex fiscal, que aseguró haber hecho una investigación "minuciosa, justa y coherente", responde preguntas a los legisladores durante los casi dos años que duró la pesquisa.
Su presencia generó mucha expectativa entre republicanos y demócratas, pero cuando comenzó el interrogatorio quedó claro que Mueller no iba a ir más allá de lo que dejó por escrito.
Varias veces ofreció respuestas escuetas y en ocasiones pareció titubear o pidió que le repitieran la pregunta.
El republicano Devin Nunes calificó la audiencia de "teatro político" y de "medida desesperada" de los demócratas. Dijo que es "el último suspiro de la conspiración sobre la colusión rusa".
Kelly Armstrong, representante republicano por Dakota del Norte, increpó a Mueller porque uno de los fiscales asistió a la fiesta de Hillary Clinton la noche de las elecciones, y porque otro representó a Clinton en una demanda.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que por ahora no buscará una impugnación del mandatario. Sin embargo, el testimonio de Mueller podría revelar detalles de conducta ilegal por parte del presidente.
El ex fiscal respondió con escuetos "si" o "no" a las preguntas y según un recuento de CNN, se negó a contestar a los legisladores más de 110 veces y otras 39 les dijo que consulten el informe.
Mientras Mueller testificaba y las principales cadenas de noticias transmitían en directo, Trump escribió en Twitter unos mensajes citando a periodistas de la televisora Fox.
Qué dijo Trump
"Esto ha sido un desastre para los demócratas y un desastre para la reputación de Robert Mueller", escribió Trump, citando al presentador de la Fox Chris Wallace.
Horas antes de que empezara la audiencia, Trump ya había cuestionado la objetividad de Mueller diciendo que había sido entrevistado para ser director del FBI, algo que el propio ex fiscal negó durante su testimonio.
La investigación de Mueller terminó con la imputación de 34 personas, entre ellos el ex jefe de campaña de Trump Paul Manafort, su abogado Michael Cohen y su primer asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
Mueller se refirió a los elogios del presidente a WikiLeaks
Robert Mueller, el fiscal que investigó los supuestos nexos entre Rusia y Donald Trump, consideró "problemáticos" los elogios que el mandatario dirigió durante las elecciones de 2016 al portal WikiLeaks, responsable de filtraciones dañinas para la demócrata Hillary Clinton.
Durante su comparecencia en la Cámara de Representantes, el demócrata Mike Quigley le preguntó sobre algunos de los comentarios que Trump pronunció durante las elecciones de 2016, cuando dijo que "amaba" a WikiLeaks e instó a la plataforma a publicar información que pudiera perjudicar a Clinton, su rival en los comicios.
Mueller dijo que considerar esos comentarios "problemáticos era subestimarlos" y afirmó que esas declaraciones "dan alguna esperanza e impulso a lo que es y debería ser considerado un comportamiento ilegal", en referencia a las filtraciones de WikiLeaks.
Según el conteo de la cadena NBC, Trump mencionó WikiLeaks 145 veces en el último mes de campaña para los comicios de 2016, especialmente en mítines políticos.
En marzo de este año, Mueller entregó al Departamento de Justicia un informe en el que resumía los hallazgos de su investigación, que se centró en averiguar si el equipo de Trump "conspiró" con el Kremlin durante las elecciones de 2016 y si el mandatario había tratado de obstruir la investigación.
Confirmó que quería despedirlo
Durante su comparecencia ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el ex fiscal especial Robert, confirmó que el presidente Donald Trump quería despedirlo durante su investigación sobre la trama rusa por "conflicto de intereses".
El congresista Hank Johnson revisó la parte del informe que afirmaba que el presidente quería despedir a Mueller y destituirlo, algo que el propio fiscal confirmó. Además, Mueller contó que Trump le pidió al exabogado de la Casa Blanca, Don McGahn, que llamara al entonces secretario de Justicia adjunto Rod Rosenstein y que lo despidiera.