Mendoza se desarrolla y se desenvuelve prácticamente sin sistema ferroviario de carga. Lo que se traslada de mercaderías a través de esta modalidad es muy poco, como lo revelara Los Andes en una nota de noviembre de 2017.
A lo sumo hay un limitado despacho de algunos productos, del tipo de carbón, áridos y artículos para el consumo, como agua, conservas, vino y en menor medida producción siderúrgica.
En materia de transporte de pasajeros sobre rieles sabemos que no hay nada, salvo la honrosa excepción del Metrotranvía entre Maipú y la ciudad, con las extensiones que se vendrán hacia Las Heras y Luján de Cuyo, pero por las que habrá que esperar todavía.
De todos modos, no hay habitante que no se entusiasme cuando lee o escucha que hay tratativas, intentos de reponer un tren de cargas entre Buenos Aires y Mendoza y también dentro del territorio provincial.
Empero, no sabemos si la crisis económico-financiera y cambiaria que se desató en las últimas semanas, traerá demoras a estos emprendimientos, que necesitan tiempo de ejecución y, sobre todo, inversiones muy elevadas, millones de dólares.
Antes de los cimbronazos financieros y del acuerdo con el FMI, se anunció oficialmente la reconstrucción del recorrido del sistema de cargas Mendoza-Buenos Aires-Rosario. Implica, entre otros aspectos, construir y reconstruir puentes, reparar o montar nuevos rieles y proceder a la renovación de un gran número de pasos a nivel. Éste, descripto someramente, es el eje Mendoza-Buenos Aires, de enorme trascendencia, que desearíamos ver concretados en un futuro mediato.
Por otra parte y dentro siempre del sistema nacional ferroviario, hace unos días un diputado nacional por la oposición, Guillermo Carmona, disertó en la Legislatura Provincial, sobre su proyecto de recuperar el transporte ferroviario en Mendoza, donde hay ramales que suman alrededor de 800 kilómetros de vías férreas que están ociosas, en progresivo deterioro.
Transportar todo tipo de artículos y productos por el circuito ferroviario disponible pero no habilitado, no solo sería la oportunidad de crear fuentes de trabajo directo sino que además, a través de la metalmecánica y otras industrias conexas, posibilitaría la construcción de las formaciones que necesita esta modalidad de traslado de bienes y materiales. Además, ya contamos con el taller de la ex estación del Ferrocarril General San Martín, en Ciudad, con capacidad para fabricar este tipo de equipamiento (locomotoras y vagones), en asocio con otras empresas mendocinas.
Esos 800 kilómetros prácticamente conectan los tres oasis que nos caracterizan como territorio.
Consideramos que en la búsqueda de nuevas posibilidades para Mendoza, disponer del ferrocarril es una clave estratégica, en costos de traslado y porque además se podría proporcionar una vida más útil a nuestros agobiados caminos.
Afortunadamente, la buena relación Cornejo-Macri nos hace pensar que todo el patrimonio ferroviario dentro del territorio provincial pertenece a la Nación y es su responsabilidad. Un convenio entre provincia y Nación permitiría en primera instancia hacer un relevamiento del estado y situación del sistema y determinar de forma precisa el tipo y monto de inversión. También permitiría planificar en el corto, mediano y largo plazo los montos necesarios. Entonces, el nudo del tema sería sumar a la provincia al sistema nacional para que el operativo de recuperación esté vinculado, relacionado e integrado.
El arduo y difícil aspecto de los fondos para desarrollar este ambicioso proyecto en la zona, implica que la inversión, de varios miles de millones de dólares, no sea sólo pública. La renovación de las vías férreas debería generar una potencialidad para el desarrollo urbano e inmobiliario que bajo la órbita del Estado puede direccionar fondos privados interesados en nuevos proyectos.