El actual fenómeno climático de El Niño tendría su clímax entre octubre y enero y podría ser uno de los cuatro más fuertes registrados en los últimos 65 años, dijo ayer en Suiza la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en una conferencia de prensa.
La probabilidad de que las temperaturas de la superficie del agua en las partes central y oriental del Pacífico tropical -adyacente a las costas de Centroamérica y Sudamérica- aumenten en 2 grados o más por encima de lo normal, explica esa previsión.
Esto podría convertir al actual fenómeno de El Niño en uno de los más intensos desde 1950, con patrones meteorológicos similares a los de 1972-73, 1982-83 y 1997-98.
Las temperaturas en agosto estuvieron ya entre 1,3 y 2 grados centígrados por encima de la media, superando en un grado los umbrales habituales de El Niño.
El aire cálido en la zona este del océano Pacífico está causando un aumento en las precipitaciones sobre la costa occidental de Sudáfrica y clima seco en el archipiélago de Australia/Indonesia y la región del sureste asiático, dijo Maxx Dilley, director de Predicción Climática y Adaptación de la OMM, una de las agencias científicas de Naciones Unidas y autoridad en la materia.
El Niño también puede causar un mayor nivel de lluvias e inundaciones ocasionales en el Cuerno de África, pero generará condiciones más secas en el sur de África, explicó Dilley.
La entidad adelantó que es altamente probable que El Niño se intensifique hacia finales del año. “Históricamente, es probable que un episodio de El Niño alcance su fase máxima entre octubre y enero del año siguiente, y es frecuente que persista hasta bien entrado el primer trimestre antes de empezar a debilitarse”, explicó el organismo.
Más de la mitad de los modelos de predicción indican que las temperaturas superficiales del mar alcanzarán o excederán los 2 grados por encima de la media entre octubre y diciembre. Modelos más conservadores apuntan que ese aumento se situará entre 1,5 y 2 grados.
Los efectos del episodio climático ya se hacen sentir en algunas regiones del mundo y serán más patentes, al menos, durante los próximos cuatro a ocho meses, sostuvo el jefe de la División de Servicios y Aplicaciones del Clima Mundial, Rupa Kumar Kolli.
Fenómeno imprevisible
Los científicos climáticos están mejor preparados con los modelos de predicción e información sobre los patrones de El Niño, pero el impacto del fenómeno actual en el hemisferio norte es difícil de pronosticar debido a una corriente cálida del Ártico en el Atlántico.
“La verdad es que no sabemos qué pasará. ¿Los dos patrones se reforzarán entre ellos?, ¿se anularán?, ¿serán regionales? Realmente no lo sabemos”, aseguró David Carlson, director del Programa de Investigación Climática Mundial.
“Creo que todos pensamos que hay algunas señales de calentamiento global que están apareciendo en el registro de El Niño”, completó el experto de la OMM. Pero aclaró que aún no está claro cómo el calentamiento global afecta la frecuencia o magnitud de eventos de El Niño.
La magnitud del fenómeno es tal que algunos diarios internacionales han bautizado “El Niño Godzilla” a este episodio, después de que el climatólogo de la NASA Bill Patzert utilizara ese término hace unas semanas en medio del acalorado debate científico sobre la intensidad que puede alcanzar este episodio climático que ya se deja sentir.
Muchos -como el propio Patzert- apuntan que será tan intenso o más que el episodio de los años 97-98, el más intenso hasta la fecha y el de referencia actual. En algunas zonas del Pacífico, en esos años el agua se sobrecalentó hasta 4º por encima de la media, lo que en términos climatológicos es mucho.
Sin embargo, aunque los efectos del Niño en las diferentes partes del globo son conocidos en líneas generales, algunos científicos están hablando de que las predicciones para los próximos meses están muy por encima del fenómeno 97-98 lo que podría hacer que los impactos fueran impredecibles.