El domingo pasado una joven madre de dos chicos murió en lo que, inicialmente, parecía un accidente vial. Lo cierto es que tanto la mecánica del hecho como los familiares de la víctima, apuntan a que el conductor, Juan Alberto Torres García, atropelló su ex nuera, Lucero Dámaris Márquez (23), con intención de matarla.
La Fiscalía de Homicidios ha tomado por cierta la versión y Torres se encuentra en la cárcel, tras ser imputado por "femicidio", delito que tiene como única pena la prisión perpetua.
Todos sostienen que Torres usó a su auto, un VW Polo, como un arma para cometer un crimen poco común, una forma de homicidio propia de las fantasías de un guionista de cine que, pocas veces, sucede en la realidad.
Torres, el conductor, habría tenido una razón: víctima y presunto victimario se conocían. La chica había vivido en su casa, en la finca Morotto, cuando era pareja del hijo del conductor.
"Ellos se conocían. Lucero siempre decía que tenía problemas con él. Su propio hijo me dijo que habían discutido", le confió a Los Andes, la pareja de la chica, Víctor Hugo Tolada (20), ayer, desde el patio de la casa de su padre y a menos de 50 metros de donde se produjo "el accidente".
Tolada padre e hijo coinciden en que no se trató de un accidente sino de un hecho intencional: "El tipo lo hizo con intención. Venía por su carril, se cruzó al otro, la atropelló, no frenó y volvió a su carril. Después siguió unos 100 metros, encendió las luces, volvió marcha atrás, estacionó y se bajó. Si hubiera estado borracho, la atropellaba y seguía derecho a la acequia", explicó la pareja de la víctima.
"Si hubiera estado "en pedo" y se quedó dormido, hubiera atropellado a los tres", afirmó el padre del joven.
Además, una sobrina de la víctima sostiene que Torres se subió al auto luego de ver que la pareja se iba caminando.
La mecánica del hecho
Según contaron los Tolada, en la tarde de domingo, Juan Alberto Torres llegó hasta la casa de la madre de Lucero Márquez, que se ubica a lado de la casa de los Tolada, en la calle Lamadrid sin número de Costa de Araujo, a unos 200 metros de la ruta provincial 34. Allí, Torres estuvo tomando unas cervezas con los dueños de casa.
En ese momento Lucero y Víctor, junto a su hijo de un año y medio y la hija de 5 años del primer matrimonio de la chica, llegaron a la casa de padre del joven Tolada que linda con la casa de los padres de ella.
Lucero dejó a su pareja y a sus hijos en la casa de su actual suegro y se fue a la casa de sus padres, donde estaba el ex suegro, bebiendo.
Horas más tarde volvió a buscar a su familia y, caminando, a las 22.45 emprendieron la vuelta a su casa, ubicada a unos 400 metros de la casa de los Tolada.
La pareja y los dos chicos iban acompañados del hermanito de ella, un adolescente de 14 años que, ni bien hizo 50 metros por la calle Lamadrid, se volvió a buscar un gorrito del bebé que habían olvidado.
La pareja y los chicos siguió viaje y en ese momento se produjo el choque desde atrás.
"Íbamos los tres para la casa, ella del lado de la calle y sentí el impacto: A mí me pegó en la pierna y ahí veo a mi mujer en el aire. No vimos nada, venía sin luces".
Desde el patio de su casa, el padre de Tolada también vio el choque: "Yo estaba acá, en el patio, mirando a la calle, y veo a un auto que viene a 70, 80 kilómetros. Siento el ruido fuerte, el auto se movió todo y veo que salta un bulto".
Lo cierto es que, tras el impacto, el conductor se bajó, discutió con Tolada padre y se internó en una viña para llegar finalmente a la casa de los Márquez, donde había estado tomando. Allí fue detenido.
