El femenino, en buenas manos

Cuatro mendocinas están en carrera para los Juegos de la Juventud 2018, en Buenos Aires.

El femenino, en buenas manos

El rugby femenino local está en buenas manos. Sigue en franco crecimiento y se avizora un buen futuro.

Es que a mediados de este mes, en Río Negro, se realizó el primer trial regional de la categoría 2000/01 en busca de las representantes del deporte ovalado en los Juegos de la Juventud 2018.

Son 150 chicas de todo el país que serán evaluadas por el seleccionador nacional Diego Manson; y Dolores Berti, Nazarena Etem, Valentina Carobene y Daniela Gutiérrez participaron de la esa cita.

“Fueron dos días. El primero tuvimos una charla técnica y otra con un médico” comentó Dolores Berti. A lo que  Valentina Carobolante agregó: “Al otro día formaron tres equipos y jugamos entre nosotras. La verdad que fue una experiencia muy buena”.

“Además fuimos de shopping -risas- conocimos otras chicas y compartimos un muy buen tercer tiempo” dijo Nazarena Etem.  Todavía falta mucho para la lista final, pero tanto Nazarena, como Daniela, Dolores y Valentina, coinciden en que “vamos a entrenar y estar bien para seguir creciendo en este deporte”.

El rugby femenino lleva pocos años de práctica en la provincia. Por eso parecía importante saber por qué las tres mendocinas que visitaron Más Deportes, habían elegido el deporte ovalado.

“Mi papá jugó al rugby toda la vida y entrenaba a los pulguitas, y yo siempre lo ayudaba como para estar más tiempo con ellos y siempre cuando terminábamos, llegaban las chicas a entrenar. Yo creía que mi papá no me iba a dejar, pero cuando le dije que quería jugar al rugby se puso re contento” arrancó diciendo Nazarena.

“Yo empecé a jugar en Italia. Porque a la escuela que iba habían comenzado unos proyectos, uno de rugby y otro de atletismo. Yo elegí atletismo porque me daba cosa jugar al rugby, porque lo tenía como un deporte de hombre. Pero un día la profe me dijo que probara y me gustó. El año pasado nos volvimos a Mendoza, mi papá me llevó a Pumai y allí conocí  muchas chicas y a rivales como ellas -señala a sus compañeras del seleccionado mendocino-” comentó Valentina.

En tanto que Dolores contó: “yo llego al rugby porque mi papá jugó. Siempre fue fanático y me acuerdo que un verano en la pileta las hermanas Greco nos decían que fuéramos a probar y al principio no nos animábamos, pero este año me terminaron convenciendo. Antes había jugado al basquet, al fútbol y hockey en Alemán. Pero en mi infancia siempre había una guinda para jugar, por el fanatismo de mi papá, así que como que estábamos más familiarizadas”.

Para las jóvenes es un orgullo haber sido elegidas para participar de la convocatoria en Río Negro. Las tres destacan que cuando en sus clubes se enteraron de la citación, fueron reconocidas.

El juntarse a compartir un asado es uno de los rituales que existen en el rugby masculino. Sin embargo, las chicas aclaran que: “¡si claro que nos juntamos a comer asado!” afirmó Nazarena. En tanto que Dolores junto a su compañera de equipo Romina Greco confiaron que “todos los miércoles después de entrenamiento, hay asado”.

El rugby femenino está en buenas manos, y estas chicas lo demuestran en las canchas.

E. carobolante , papá de Valentina: "Le pone mucho amor y pasión"

“Con mi familia apoyamos a Valentina en todo. Vemos que al rugby lo toma con mucho amor y pasión y por eso mismo nosotros la vamos a acompañar. Si bien yo no jugué, me gusta mucho el rugby” dice el padre de Valentina Carobolante.

“El rugby es un deporte de contacto, pero no es violento, y tanto mi hija como el resto de las chicas lo disfrutan mucho. En Pumai, Valentina encontró, además de una disciplina deportiva, un grupo de amigas y eso es muy bueno para su desarrollo personal”.

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