¿Quién no se asombró con el milagro del exoesqueleto y el parapléjico que pudo dar el puntapié inicial? La imagen nos dejó con la boca abierta. Qué impactante fue ver cómo, en setiembre de 2010, el discapacitado económico Alejandro Vandenbroele dejaba esa silla de ruedas llamada monotributo, se paraba y compraba Ciccone.
Con lágrimas de alegría en los ojos, el Vice y varios empresarios comprometidos con la ciencia se chocaban las palmas y se abrazaban. Habían conseguido el milagro: que un señor postrado en un talonario de facturas -hasta 15.000 pesos por año- pudiera levantar una quiebra de $ 567.000 y se quedara con la imprenta privada más grande de la Argentina.
Los manuales de robótica recordarán una fecha histórica: el 3 de setiembre de 2010, cuando el robotito andador Vandenbroele fue con un bolso a la sucursal Tribunales del Banco Ciudad y empezó a sacar fajos de pesos hasta que le dijeron que era suficiente. Los cajeros y empleados miraban la grosería. “Típico de la industria argentina”, cuchichearon. “A este exoesqueleto ya se le ven las fallas de terminación”.
Tenían razón. A partir de allí, toda la torpeza de los ingenieros que armaron el robot quedó a la vista: The Old Fund reestructuró la deuda de Formosa estrenando talonario de facturas, la misma sociedad pagó los pasajes de avión a familiares de Boudou. Y lo más importante:
-titular de TOF- pagó lo que no tenía que pagar (boletas de servicios del departamento de Aimé de Puerto Madero) y no pagó lo que sí tenía que pagar: los gastos de su esposa Laura Muñoz. Moraleja para los ingenieros: si van a armar un exoesqueleto, procuren que la esposa del lisiado también "se pare".
Pero si de robótica se trata, agreguémosle a este artículo un disco rígido externo. Para tener más memoria, hagamos un poco de archivo: el 7 de marzo de 2012 Boudou negó que esa imprenta privada fuera a convertirse en proveedora clave del Estado. Sin embargo, el 25 de marzo Mercedes Marcó del Pont contó en Página 12: “Vamos a contratar a la ex Ciccone para imprimir billetes porque la Casa de Moneda no da abasto”. A fines de mayo de 2012, Abal Medina en el Congreso dijo que “no hay ningún contrato firmado entre el Gobierno y Ciccone”.
Julio de 2012: ya circulan los billetes de cien de Ciccone, con problemas en los colores por un problema de impresión (recordar la melena que le hicieron a Roca). Agosto de 2012: ante los múltiples papelones, el Gobierno decidió intervenir Ciccone. ¿Y quiénes fueron elegidos como interventores de la imprenta sospechada de ser de Boudou? Hernán Lorenzino y Katya Daura, ambos... ¡tropa de Boudou!
Cuando la promocionada indagatoria que le tomó el juez Ariel Lijo al vice no fue tan explosiva como prometía la previa y todo hacía suponer que el caso Ciccone bajaría de voltaje hasta después del Mundial, algo inexplicable e histórico ocurrió: Amado Boudou aceptó una entrevista en TN con Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda. Fue impactante. Desde el suicidio del Malevo Ferreyra en 2008, en la pantalla de Crónica, que no se veía en televisión un autoatentado semejante: después de haberlo negado cien veces, admitió que tuvo un encuentro en el Palacio Duhau con Guillermo Reinwick, el yerno de Nicolás Ciccone, pero que fue “de casualidad”. Boudou, que al igual que en la historia del avión uruguayo en la cordillera decidió comerse a un amigo para sobrevivir (Núñez Carmona), terminó la entrevista de modo desopilante. Éste fue el diálogo final:
Boudou: -Que el juez haya convertido a la familia Ciccone en pobrecitos... Los Ciccone hicieron los “menemtruchos”, son los que imprimieron las entradas del Mundial 78.
Tenembaum: -Ciccone hizo los "menemtruchos", hizo lo del Mundial 78... ¡y también las boletas del FPV 2011 "Kirchner-Boudou"!
Boudou: (cara de póquer) -Eso es lo llamativo, ¿no? Siempre consiguen algún resquicio.
Durante cuatro años, la Presidenta repitió un mantra: “No le voy a entregar la cabeza de Boudou a Magnetto”. No hizo falta. Boudou la entregó él mismo. Y en casa de Magnetto.