Cuando el cuerpo se ve sometido a grandes dosis de ejercicio sin los adecuados períodos de descanso, comienzan a liberarse las llamadas endotoxinas; éstas circulan por la sangre y afectan al sistema inmune produciendo una reacción inflamatoria, algo así como una respuesta a una enfermedad inexistente.
Lo importante para prevenir este tipo de anormalidades en el funcionamiento del organismo es, en primera instancia, tener en cuenta que no deben hacerse jornadas exhaustivas de entrenamiento de golpe, evitar prácticas de resistencia mayores a las 3 o 4 horas.
El cuerpo es capaz de adaptarse y manejar las respuestas inmunitarias perjudiciales de manera eficaz, pero el incremento en las jornadas y la intensidad debe ser gradual, llevando al cuerpo poco a poco hasta niveles más altos. Además es importante consultarlo, evaluarlo y hacerlo acompañado de un entrenador profesional con conocimientos médicos.