A veces, el trabajo y el amor se mezclan. También se pueden mezclar la política y el amor y a veces todo. Esto último es lo que pasará en la Legislatura de Mendoza a partir del año que viene cuando asuman los nuevos diputados y senadores provinciales electos anoche.
Es que gracias al batacazo de José Luis Ramón y su ONG Protectora, arribará a la Casa de las Leyes Marcelo Romano. Para muchos es un desconocido, otros lo respetan como un gran defensor del agua de Mendoza. Mientras que otros lo recuerdan como el ex novio de la vicegobernadora Laura Montero, con quien tuvo una relación pública.
Ahora, distanciados en el amor, volverán a verse las cara todos los días. Es que la radical es la presidenta del Senado, órgano político que integrará el abogado del Valle de Uco.
Romano, acérrimo defensor de los recursos hídricos de la provincia, hizo pública su lucha por la defensa de la ley antiminera 7722. Encabezó marchas y acompañó asambleas populares por el agua, entre otras actividades.
Militó en el radicalismo y hasta compitió en elecciones para poder ser intendente de San Carlos hace exactamente dos años. Lo hizo dentro de Cambia Mendoza y con el apoyo de Montero.
Dicen que su relación con el gobernador Alfredo Cornejo no es la mejor. En la campaña 2015, y en diálogo con este diario, se reconoció como “cobista”.
El año pasado, su nombre sonó como uno de los posibles sucesores de José Luis Álvarez en el Departamento General de Irrigación. Como se sabe, Cornejo no lo eligió y ungió a Sergio Marinelli.
A mediados de este año, se especuló con la llegada de Romano al “massismo” mendocino. Finalmente, en las elecciones 2017 se presentó dentro del Partido Intransigente, comandado por los abogados de Protectora José Luis Ramón y Mario Vadillo, las estrellas de los comicios.
También este año fue noticia por asumir la defensa de Patricia Stibel, la mujer que fue detenida por no pagar el pasaje en un micro y que generó una fuerte polémica en toda la provincia.
Con ellos, el “abogado del agua” consiguió una banca que en el Senado donde deberá respetar las órdenes de su ex, la vicegobernadora Montero.