El ex jefe del FMI participaba en orgías pero nunca fue proxeneta

Strauss-Kahn reconoció sus gustos sexuales “más rudos de lo normal”, pero zafó del cargo de incitar a la prostitución.

El ex jefe del FMI participaba en orgías pero nunca fue proxeneta
El ex jefe del FMI participaba en orgías pero nunca fue proxeneta

Un tribunal francés absolvió ayer al ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn del delito de “proxenetismo agravado”, una decisión que pone fin a una serie de escándalos sexuales que acabaron con su carrera política.

El ex ministro socialista, de 66 años, se mostró impasible durante la audiencia, y sólo asintió con la cabeza cuando el juez lo declaró no culpable.

La justicia había imputado a Strauss-Kahn y otras 13 personas por “proxenetismo agravado”, a raíz de unas fiestas libertinas organizadas con prostitutas en Lille, Bélgica y Washington, donde residía el político francés cuando dirigía el Fondo Monetario Internacional (FMI).

DSK, como se lo conoce en Francia, nunca negó su participación en esas fiestas, pero sostuvo siempre que ignoraba que las mujeres que participaban en ellas fueran prostitutas contratadas por sus amigos.

Durante el juicio celebrado en febrero, el fiscal había pedido la absolución “pura y simple” del ex director general del FMI, al considerar que no había pruebas contra él, y dos de las prostitutas que lo acusaban habían retirado sus denuncias por el mismo motivo.

Tras haber absuelto a siete de los imputados, incluido el dueño de varios prostíbulos en Bélgica conocido como Dodo la Saumure, el tribunal consideró que DSK no era el instigador de las fiestas con prostitutas.

En Francia, recurrir a los servicios de una prostituta no es ilegal, pero incitar u organizar su trabajo es considerado proxenetismo, y el proxenetismo es un delito.

Escándalos a repetición
La absolución de Strauss-Kahn pone fin a cuatro años de escándalos relacionados con una sexualidad que él mismo calificó de "más ruda de lo normal".

El primero de ellos se remonta a finales de 2008, cuando se supo que una ex empleada del FMI, Piroska Nagy, había tenido una relación con el entonces director general, que consiguió conservar su puesto tras presentar disculpas públicas.

En 2011, una joven periodista francesa, Tristane Banon, acusó a DSK de intento de violación en 2003 y presentó una denuncia contra él, que se desestimó meses después.

La carrera política de Strauss-Kahn, el entonces gran favorito para acceder a la presidencia francesa, saltó por los aires en mayo de 2011, cuando una limpiadora del hotel Sofitel de Nueva York, Nafissatou Diallo, lo acusó de violación. El caso se zanjó meses después con un acuerdo financiero confidencial.

El mismo año, su nombre apareció entre los sospechosos del caso de las fiestas libertinas de Lille, Bélgica y Washington y, en marzo de 2012, se le imputó por “proxenetismo agravado”.

Al iniciarse el juicio en 2012, el presidente del tribunal había exhortado a los participantes a no confundir el derecho con la moral.

Testimonios sobre sexo duro
Y al final de las audiencias, el magistrado les dio las gracias por el "clima sereno" de los debates, pese a que los testimonios de las prostitutas fueron de extrema crudeza respecto a las prácticas sexuales de Strauss-Kahn.

Una de ellas comparó una de sus relaciones con DSK con una “carnicería”.

En el banquillo de los acusados, el ex director general del FMI no pareció nunca desestabilizado y asumió sus gustos por el sexo libertino, pero dijo tener aversión por recurrir a las prostitutas.

Según los sondeos, en Francia muchos siguen considerándolo como un hombre competente.

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