Max Gregorcic es uno de los nombres más recordados por la sociedad mendocina. En la década del 80, a través de programa de televisión local, se convirtió en una suerte de "gurú financiero".
Sin embargo, sus manejos hicieron desaparecer los ahorros de un millar de inversores mendocinos.
En marzo de 1987, este personaje hizo referencia a que Adolf Hitler no sólo había vivido en Mendoza sino que también había muerto en la provincia y su cuerpo había sido sepultado en el cementerio de Palmira.
Estas palabras le permitieron sortear una interpelación en la Legislatura y después ganar el tiempo suficiente para escapar del país.
En tanto, las personas que habían aportado sus ahorros en la financiera, recién lo descubrieron cuando llegaron al local sobre avenida San Martín y lo encontraron cerrado.
Gregorcic había creado un imperio y sumó sucursales en Nueva York (en las Torres Gemelas), Capital Federal y Santiago de Chile, la financiera de Max ofrecía tasas cuatro veces superiores a todos los bancos en depósitos a 7 y 15 días. Y así muchos ganaron, hasta que se fue del país y se perdió el rastro.
En el 2006, Los Andes lo encontró y lo entrevistó viviendo en Vitacura, una residencial zona de Santiago de Chile, asegurando que "cuando uno no tiene plata debe trabajar con la de otros…"
Ahora recreamos aquel encuentro que le permitió a la Justicia mendocina reabrir los expedientes (con cerca de mil denuncias), hasta que finalmente la Suprema Corte le puso punto final al pleito.
Desde ese momento Max Gregorcic tuvo y tiene la posibilidad de volver al país, lo que hasta ahora no ha ocurrido y no es por miedo a la Justicia, sino a los ahorristas que perdieron su dinero.
Escuchá también los demás podcasts de Los Andes: