La milicia Estado Islámico (EI) se adjudicó ayer el atentado suicida que mató a 63 personas e hirió a otras 182 en un salón de fiestas de casamiento en la noche del sábado en Kabul y que el presidente, Ashraf Ghani, calificó como "inhumano".
El grupo armado aseguró que primero se inmoló su miliciano, al que identificó como Abu Asem al Pakistani, dentro del salón y luego explotó un coche bomba en la entrada. "Cuando las fuerzas de seguridad llegaron al lugar, los muyahidines (combatientes islamistas) hicieron detonar un coche bomba que estaba estacionado, lo que causó 400 muertos y heridos entre los renegados y los miembros apóstatas de las tropas afganas", informó el EI.
La milicia suele anunciar un número mayor de víctimas en los atentados y ataques que reivindica.
Castigo
El comunicado también explica que el atentado estuvo dirigido contra esa boda porque buscaba lastimar a "renegados politeistas", un referencia que parece referirse a la minoría chiita del país, esta vez la comunidad hazara.
El presidente Ghani condenó en un comunicado "el inhumano atentado cometido" y convocó a "una reunión extraordinaria de seguridad para revisar y evitar errores".
Hace apenas diez días, un coche bomba del movimiento insurgente de los talibanes irrumpió en un concurrido barrio del oeste de Kabul en el mismo distrito del salón de bodas atacado ayer, y mató a 14 personas e hirió a otras 145.
Además, ayer, unas horas antes del atentado suicida, al menos 38 talibanes habían muerto en combates contra las fuerzas de seguridad en las provincias de Balj y Fará, según informaron las autoridades.
Estos continuos combates y ataques talibanes, en general dirigidos contra las fuerzas de seguridad o funcionarios públicos, y los atentados del EI mantienen un escenario de alta violencia en gran parte del país, pese al diálogo de paz que avanza entre Estados Unidos, los talibanes y el gobierno afgano.
Pese a que los talibanes rechazaron cualquier vínculo con el atentado del sábado, el presidente Ghani aseguró que "no pueden absolverse" porque "proporcionan una plataforma para los terroristas".
Algunos familiares de las víctimas, en cambio, responsabilizaron al gobierno nacional.