Corrían los 88 minutos del partido de fútbol que Pablo Silva disputaba hace 12 años en Buenos Aires con un grupo de amigos de escuela y se pitó un tiro libre a favor de su equipo, que perdía 1-0. Según cuenta el periodista argentino, se enardeció tanto cuando los defensas no respetaban la distancia debida en la barrera que acabó expulsado.
Pero del episodio surgió una idea, la de emplear un aerosol que sirva para demarcar el sitio preciso donde la barrera se debe colocar. También se usará para trazar un círculo en el lugar donde se cometió la falta, de modo de colocar ahí el balón y evitar que los encargados del cobro lo adelanten.
Silva es un periodista argentino y su invento -concebido junto con un químico- será usado por primera vez en una Copa Mundial a partir del jueves, en el partido inaugural entre el anfitrión Brasil y Croacia.
"Es el momento cumbre'', dijo Silva en una entrevista telefónica con The Associated Press. `"Se ha usado en 15 mil partidos oficiales alrededor del mundo, pero este es el Mundial''.
"En agosto seré padre por primera vez, nace mi primer hijo'', añadió Silva. "Pero el jueves voy a sentir algo similar, como un padre''.
El espray lleva el nombre oficial de 9:15, por la distancia en metros que se debe otorgar para los tiros libres.
En el Mundial de Brasil, los árbitros cargarán el aerosol dentro una liviana lata -imagínese que se trata de crema de afeitar- que llevarán puesta en una cartuchera sujetada a sus pantalones.
La sustancia blanca debe desaparecer entre 45 segundos y dos minutos, dice Silva. Ello depende de las condiciones climáticas, tardando más en caso que esté muy húmedo.
Cuando acudió al Mundial de clubes en diciembre del año pasado en Marruecos, el presidente de la FIFA Joseph Blatter reconoció que en un principio estaba "escéptico'' sobre el aerosol, pero quedó convencido una vez que se enteró que los árbitros acogieron con gusto la innovación.
"Todos quedaron encantados con el sistema'', señaló Blatter.
Su debut se produjo en 2008, durante un partido de la segunda división del fútbol argentino, y procedió a usarse en la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, campeonatos mundiales juveniles de la FIFA y el Mundial de clubes.
"Ha sido un proceso largo, pero aquí estamos listos para la gran fiesta. Ojalá estemos a la altura de las circunstancias'', indicó Silva, quien estará en Brasil desde el partido inaugural hasta la final.
Casi seguramente su invento no se hubiese cristalizado en un Mundial de no haber sido por el visto bueno de Julio Grondona, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y vicepresidente de la FIFA.
Silva acudió a un encuentro con Grondona, consciente de una advertencia que el dirigente no le gusta perder el tiempo y tiende a interrumpir la charla si es algo que no le causa interés.
En este caso, sin embargo, la conversación tomó más de 20 minutos.
"Quedó fascinado con la idea de inmediato y creo que no se equivocó'', recordó Silva. "Este proyecto hubiese sido imposible sin la ayuda de Julio Grondona''.
