El avispero judicial se agitó este jueves en La Plata y la causa que investiga la presunta comisión de abusos sexuales en la sede bonaerense del instituto religioso para chicos sordos Antonio Próvolo se reactivó. Desde temprano, personal judicial y de la Policía Federal protagonizaron ayer una serie de allanamientos en búsqueda de material fílmico y documental que pudiera constatar los delitos, denunciados por 17 ex alumnos de la institución en los años en que estudiaron y durmieron en el establecimiento.
Si bien los episodios platenses habrían ocurrido en la década del 90 -según los aportes de los denunciantes-, salieron a la luz luego de que el escándalo en el Próvolo mendocino se convirtiera en noticia nacional y mundial (en noviembre del 2016). De hecho, entre los acusados por los hechos en la Plata se destacan también los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, dos que también están imputados y detenidos por el caso mendocino.
En la ciudad de la provincia de Buenos Aires la causa judicial no cuenta con los avances que tiene en Mendoza. De hecho, la fiscal platense a cargo -María Cecilia Corfield- se está poniendo al tanto con los avances de la causa, que comenzó bajo la instrucción de Fernando Cartasegna y que se inició a partir de la investigación del Ministerio Público Fiscal en Mendoza con la declaración de un ex alumno de aquella ciudad. Sin embargo, en el expediente de la Justicia mendocina existen varias fojas que hacen alusión a la situación de aquella provincia. Y Los Andes las reflejó oportunamente.
Las cartas a Corradi
Entre el 5 y el 18 de agosto del 2017, Los Andes publicó detalles de cartas que recibió desde La Plata el mayor de los curas y regente del instituto en Mendoza (Corradi) ya estando instalado en nuestra provincia. Éstas habían sido secuestradas en distintos allanamientos en la casa de Carrodilla y allí se leía -con fecha del 30 de agosto de 2002 y firmada por el hermano J.G.J (según sus iniciales)- como un integrante del Próvolo platense denunciaba episodios irregulares y de promiscuidad sexual; al tiempo que le pedía al cura octogenario que tomara cartas en el asunto.
Estas cartas dejaban en evidencia que el mayor de los curas imputados y detenidos por abuso sexual y corrupción de chicos sordos en el instituto mendocino estaba al tanto del descontrol en La Plata. Y que también lo estaba la Iglesia a nivel país -ya que el religioso que escribe se lo manifiesta a Corradi-, aunque no se inició una investigación eclesiástica.
En el escrito, J.G.J. le advierte al sacerdote estar preocupado por el regreso a la orden de un novicio de marcadas conductas promiscuas. Además, agrega que pese a haberse opuesto a la reincorporación de esta persona, fue defendido "a capa y espada" por otro cura de jerarquía superior del Próvolo de La Plata. Además, el autor de la carta le indica también a Corradi que en la anterior estadía en el Próvolo platense, al cuestionado y reincidente aspirante a seminarista ya le habían encontrado en la computadora visitas a páginas porno. Incluso, incorpora la transcripción de un burdo canto que le han dedicado al seminarista, de nombre Gerardo e inspirado en una canción del grupo de música tropical Los Sultanes.
El remitente de la carta -que tiene una parte manuscrita y otra mecanizada- explica además a Corradi que fue el arzobispo emérito de La Plata, Carlos Galán, quien le aconsejó escribirle a Corradi relatándole la situación. Y el autor autoriza al cura italiano (con prisión domiciliaria en Mendoza) a que ponga al tanto de la situación a los otros religiosos que se desempeñaban en Mendoza, entre ellos Corbacho si lo consideraba necesario. Lo llamativo de esa carta es que J.G.J. manifiesta ya haber hablado con el cura italiano sobre estas situaciones extrañas, al tiempo que le reprocha no haber hecho nada al respecto.
En otro de los párrafos, el autor de la carta también hace referencia a algunas irregularidades en la administración de ropa y comida que deberían haberse entregado a los niños que estaban en el albergue de La Plata. Concretamente, acusa a las monjas (quienes tenían esa tarea) de dejar 578 pulóveres guardados para que "se llenen de polillas" y de "vender la ropa que nos entra en donación por 2 ó 3 pesos". Asimismo, resalta que les sirven a los chicos alimentos ya vencidos.
El contenido de esta carta se hizo llegar también a la Diócesis bonaerense, con los mismos detalles especificados, pero nunca se inició una investigación al respecto.
Víctima en La Plata declaró en Mendoza
También en agosto del año pasado, un hombre clave de la causa que se investiga en La Plata compareció ante el fiscal Gustavo Stroppiana (quien instruye la causa mendocina). Se trata de Daniel Sgardelis (también sordo), un salteño que estudió y durmió en la sede de La Plata del instituto 9 años (desde 1982 a 1991); y quien se ha convertido en el denunciante con mayor exposición de los episodios de abusos en la capital bonaerense. Y que fue quien se animó a fines del año 2016 a enfrentar la situación; y a acusar con nombre y apellido a Corradi -entre otros- por los episodios en el Próvolo platense.
Sgardelis se presentó de forma espontánea ante el fiscal con la idea de relatar los tormentos que debió atravesar mientras estudiaba y se alojaba en el Próvolo de aquella ciudad. Si bien se trata de hechos independientes y que no están vinculados con los episodios locales de forma directa, su declaración resultó crucial para comparar las coincidencias en la metodología de los hechos denunciados allá con la de los casos mendocinos, en especial en lo que se refiere a la sistematicidad y patrones comunes.
En casi 9 horas de declaración -y con la presencia de los miembros de la ONG mendocina Xumek (querellantes en la causa local)-, la víctima salteña rompió en llanto al recordar las torturas a las que era sometido en el instituto. Relató que los curas cometían abusos contra él y varios de sus compañeros, y que además los golpeaban y les servían comida en mal estado. Incluso, dijo que también fueron abusados periódicamente por 3 personas que no eran parte de la orden aunque vivían en el lugar.
Sobre el escenario de los ataques sexuales, el denunciante sostuvo que en varias ocasiones fueron perpetrados en el comedor ante la vista de todos, y que en más de una oportunidad se obligaba a los presentes a repetir la secuencia que estaban viendo. Fue en el mismo comedor donde en una ocasión lo hicieron estar de rodillas durante 4 horas -según rememoró-, al igual que aquella otra oportunidad donde lo mantuvieron 2 días enteros sin darle de comer.
Además, en agosto del año pasado, el denunciante destacó a la Justicia mendocina que en una oportunidad entregó una carta a una docente donde relataba el calvario que vivía, y que ésta la arrugó y tiró sin leerla. Y destacó que los intérpretes del programa Adajus modificaron malintencionadamente palabras claves de su declaración en La Plata.
En 2013, Sgardelis grabó y subió un video a YouTube donde denunciaba públicamente estos episodios, aunque acusaba a "algunos curas", sin dar nombres. No obstante, la detención e imputación de los sacerdotes y ex administrativos en Mendoza le dio tranquilidad y lo empujó a completar la denuncia, pública y judicialmente.
Aquí la carta completa: