Al Seminario Arquidiocesano de Mendoza "Nuestra Señora del Rosario" asisten 19 jóvenes -y no tan jóvenes- que cumplen con sus vocaciones detrás de un objetivo principal: ser ordenados como curas. Hace 3 años había 23 seminaristas y podría hacerse una primera lectura referida a que ha disminuido la cantidad. Sin embargo, la relación no es tan directa ya que entre 2012 y 2019 se ordenaron un total de 13 sacerdotes en Mendoza y en lo que va del año, ya lo hicieron otros dos.
Otro detalle es que se espera que en los próximos 3 años se ordenen 8 curas más.
Entonces, entra en escena una segunda lectura referida a la coyuntura, y que sostienen las autoridades de la Iglesia mendocina: el escándalo por abusos sexuales en el instituto religioso para chicos sordos Antonio Próvolo -conocido en 2016 y que ahora llegó a juicio con dos curas acusados- no ha tenido una incidencia directa en la cantidad de jóvenes que se inclinan por el camino al sacerdocio.
"El Caso Próvolo nos afecta a todos, no directamente en las vocaciones -justo el año en que salió a la luz ingresaron 6 seminaristas-, pero sí nos afecta como Iglesia. Es muy sentido el dolor y la vergüenza, que también incide en el descrédito. Incluso es algo que afecta a los mismos chicos que están acá", indicó el rector del Seminario, el padre Diego Resentera (46).
Desde entonces y a raíz precisamente de este escándalo de abuso eclesiástico, tanto en el Seminario como en el Arzobispado de Mendoza se tomaron distintas medidas (ver aparte).
Estable
Hace algunos años, tras el nombramiento del Papa Francisco en 2013, se evidenció a nivel país un aumento en la cantidad de vocaciones. Sin embargo y así como en Mendoza con el Caso Próvolo no bajó el número de seminaristas, tampoco hubo en la Argentina un alza marcada tras el nombramiento del Papa argentino.
En 1999 hubo 1.501 seminaristas en todo el país y significó el número más alto en estos 20 años ya que desde entonces, la cifra fue en descenso hasta que en 2010 perforó la línea de los 1.000 (hubo 979). El descenso continuó hasta 2016 que registró la primera suba en el nuevo siglo, con 850 seminaristas en el país.
"Lo del Papa influyó en el aumento de las vocaciones, pero no fue un crecimiento exponencial ni inmediato. En los últimos años se ha mantenido una tendencia de estabilidad y la cifra ronda entre las 875 y 890 vocaciones en todo el país", detalló el religioso. "En su momento bajó, quizás porque culturalmente la gente dejó de hacerse preguntas vocacionales y tuvo menos participación en las parroquias. De la misma manera en que ahora se ha dado un repunte y creció la conciencia de rezar por las vocaciones. Los curas buenos y sus historias despiertan vocaciones", reflexionó.
Entre 1989 y 2010 se ordenaron en Mendoza 67 curas que, sumados a los 13 de los últimos 7 años; hacen un total de 80 sacerdotes en los últimos 30 años.
La formación
El Seminario de Mendoza fue reabierto en 1981, en su viejo domicilio de calle Morandini, de Godoy Cruz. Recién con la visita en 1987 de Juan Pablo II, el entonces arzobispo Cándido Rubiolo inició la construcción de la sede actual, en calle Mathus Hoyos, de Bermejo que en 1999 fue culminado.
Todo el predio suma 9 hectáreas, de las cuales poco más de 6 están en uso pleno.
Cuenta con jardines, una zona con olivos y el área cubierta donde se ubican las 60 habitaciones, las 7 aulas y los distintos espacios comunes. Todo dispuesto en torno a la capilla central. En la antesala a la capilla están las fotos de los arzobispos que ha tenido Mendoza; además de otra foto del Papa Francisco y las imágenes del Cura Brochero y de la Virgen de Luján.
"Acá el día comienza a las 6:40, con una misa, que en invierno se celebra en la capilla del fondo que es más chica y fácil de calefaccionar", resume el rector Diego Resentera mientras recorre la capilla principal. De 8:30 a 12:50 se dictan las clases y luego llega la hora del almuerzo y un breve descanso. A las 15 es el momento de los deportes o del coro y luego, el turno del estudio. A las 20 tiene se oficia una nueva misa y el momento de oración; finalmente , mientras que a las 21 es la hora de la cena para luego ir a descansar.
De forma permanente, en la sede del seminario viven por estos días 23 personas. A los 19 seminaristas se les suman 4 sacerdotes (el rector y 3 formadores). Además, hay otros 5 seminaristas que llegaron desde Kenia, Congo y Tanzania; y que están viviendo en una parroquia de Las Heras, aunque constantemente transitan por el seminario.
Por otra parte hay 77 alumnos externos que durante la mañana cursan los profesorados de Filosofía y Ciencias Sagradas. Pero estos no están en vías de ser sacerdotes.
La ordenación como sacerdote demanda de los seminaristas cerca de 10 años. El primero de ellos es introductorio y se hace una adaptación al aspirante, que incluye las materias básicas. “Antes del curso introductorio se hacen retiros y un acompañamiento con curas. Es una especie de preselección denominada ‘discernimiento vocacional’. Es un proceso donde intervienen equipos integrales que realizan un psicodiagnóstico”. indica el rector y aclara que es una de las etapas donde se busca detectar perfiles que puedan resultar peligrosos.
La edad mínima exigida para quien quiere ingresar al Seminario es de 18 años y es condición determinante haber completado el secundario. "Actualmente tenemos un seminarista que entró con 42 años, y estamos adaptando para que haga una vocación mínima", detalló.
Luego del primer año introductorio, la vocación incluye tres años más de Filosofía. En tanto, a partir del quinto año inician con Teología.
Deserciones
"En el sexto año se produce una interrupción y los muchachos se van a vivir a una parroquia. Aquí aprovechan para hacer las prácticas del profesorado. Después de este año, se completa con otros tres de Teología", continuó el rector del Seminario e indica que este último profesorado cuenta con la aprobación de la UCA y abre las puertas a quienes quieran completar más adelante la licenciatura.
Como ocurre en cualquier carrera, en las vocaciones también se producen deserciones. "Suele pasar que se den cuenta que no es su vocación. El año pasado hubo 3 personas que dejaron, mientras que el promedio es de 2 chicos por año que lo hacen", cerró.
Prevención y detección de abusos
El Caso Próvolo provocó mucho ruido dentro de la Iglesia Católica; tanto puertas adentro como hacia afuera.
A nivel institucional se adoptaron diversas medidas, y desde el Seminario informaron que no están ajenos a ellas. "La Conferencia Episcopal elaboró protocolos de actuación para el trabajo con menores, que buscan prevenir y detectar estos casos. Los sacerdotes y seminaristas firmamos estos protocolos", destacó el rector del seminario e indicó que a raíz del caso del instituto para chicos sordos se firmó un convenio con la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
"En total, 30 sacerdotes y religiosas hicimos una capacitación sobre cómo detectarlos y actuar en caso de que nos lleguen datos de estos hechos. Incluso, hasta de cómo actuar en la Justicia Penal", destacó Resentera. De hecho, el Seminario mendocino va a ser el primero del país en capacitar en prevención a los seminaristas.
“Hay un cura especializado en psicología y la capacitación dura 6 meses e incluye a los curas, seminaristas y laicos que completan los profesorados”, sintetizó.