El envenenador serial de perros del barrio SUPE de Godoy Cruz no se detiene. Tres animales más cayeron ayer en los señuelos tóxicos: dos no resistieron y murieron a los minutos de comer, aparentemente carne contaminada, y el tercero logró reponerse.
Con estos dos nuevos perros asesinados, son 22 las víctimas del "psicópata" del SUPE. Fuentes judiciales confirmaron que hay un sospechoso, "todos los vecinos los señalan", agregaron. Sin embargo, no han podido atribuirle los envenenamientos: el miércoles allanaron su casa y el resultado fue negativo.
El patrón común de los envenenamientos devela que el asesino utiliza en sus trampas Organofosforado, un componente tóxico que se puede encontrar en agroquímicos (en una de las muestras aportada por una de las denunciantes se detectó la presencia de carbofurano, un pesticida). Esto es lo que justamente buscaron sin éxito los peritos en el operativo concretado hace dos días. "Es difícil de encontrar (el veneno), se puede descartar o esconder fácilmente", aseguró el fiscal Juan Ticheli, quien quedó a cargo de la investigación.
Con custodia policial
Este sospechoso fue agredido el domingo pasado por vecinos. El hombre denunció que un grupo de personas llegó a su domicilio para atacarlo y tiraron piedras contra el frente de su casa. A raíz de esto, el presunto envenenador radicó la denuncia por agresiones y solicitó custodio policial.
Tras el intento de linchamiento, un efectivo policial custodia la puerta del sospechoso.
Casos anteriores
No es la primera vez que este vecino es señalado como envenenador de animales del barrio del oeste de Godoy Cruz. "En 2003, una vecina pudo comprobar que este mismo vecino intoxicó a un perro. La mujer lo vio tirando bolsitas por encima de la medianera de otra vecina", confirmó Augusto Serafín, jefe del Departamento de Control Animal de la Municipalidad de Godoy Cruz.
Respecto a la posible pena para el responsable, Ticheli explicó que, si bien aún es complejo enmarcar la causa bajo una figura determinada, adelantó que están investigando el caso con el agravante del uso de sustancias venenosas. “Salimos de la ley sarmiento (castiga el maltrato animal), que tiene una pena leve. En este caso, la máxima es de 4 años y se pueden sumar si se comprueban más casos”, concluyó el fiscal.