Se trata de una obra -el túnel- que es expresión de la moderna ingeniería, la cual permitirá -con la conexión- habilitar cambios en materia social, turística y económica al economizar kilómetros y favorecer la integración de poblaciones que estuvieron desunidas durante largo tiempo esperando esta vinculación por casi dos décadas.
Los primeros pasos en el intento de unir las dos poblaciones se concretaron en 2007, pero luego sobrevinieron demoras con motivo de interrupciones en el proyecto e inexplicables fallas técnicas que llevaron a desestimar el camino de aproximación a la zona de coronación de la presa y, lo que es peor, a buscar otro paso entre la roca de la montaña porque el que se había elegido era inadecuado y peligroso.
Pero, a pesar de las pérdidas económicas ocasionadas por los errores cometidos, ya está el cruce listo para ser utilizado y los rendimientos que esa vinculación producirá son variados y muy beneficiosos.
Nos preguntamos en estas líneas si el Gobierno tiene pensado remodelar, ampliar y repavimentar la única ruta que comunica con el túnel, la provincial 82.
De haber sido durante veinte años un camino de cierta importancia, limitado en sus alcances, en la actualidad cobrará una trascendencia de primer nivel ya que por allí circulará la mayoría del tránsito liviano, tanto de ida como de regreso a Potrerillos, Uspallata y Chile.
Los técnicos seguramente tomarán, cuando fluya el tráfico de ida y de vuelta, el tránsito medio diario anual (TMDA) y, seguramente, será muy alto la cantidad de vehículos que la recorrerán, a pesar de que no pasarán ómnibus grandes ni el transporte de carga internacional.
Creemos que, con la debida antelación, se debió realizar un proyecto ejecutivo para mejorar esa ruta, toda vez que así como está causará muchas dificultades a los que la transiten y exigirá, por el caudal de rodados que la utilizarán, vastos operativos policiales para evitar percances viales, interrupciones en la circulación y congestionamientos.
El ingeniero electromecánico Luis Atilio Reboredo, autoridad del Consorcio de Empresas Mendocinas para Potrerillos (Cemppsa), recorre a diario la ruta y el domingo pasado advirtió en este diario todos los inconvenientes que acumula la vía de comunicación en su estado actual, que se verán extremados cuando se habilite la circulación oficialmente.
También se han sumado por la futura circulación -por el tramo a inaugurarse- los comerciantes, operadores turísticos y vecinos que residen en el área, algunos inclusive aglutinados en uniones vecinales o cámaras empresarias.
Si bien por estos días se ha mejorado la señalización horizontal y se ha retirado la publicidad comercial en cartelería a una distancia prudencial de la cinta asfáltica, queda flotando la preocupación de qué pasará con una cinta asfáltica en general descalzada en su recorrido, con un ancho apenas satisfactorio y varios lugares a tener en cuenta como el sector donde se ubica la playa que creó la Municipalidad de Luján, donde el acceso y salida de vehículos será complicada.
También habrá que estudiar el desnivel de la senda peatonal que corre en paralelo a la calzada; el by pass del antiguo túnel Nº 1 y el cuello de botella que se operará en el túnel Jorge Frasca sobre el río Mendoza.
Falta muy poco tiempo para inaugurar la conexión. Pensamos que las primeras jornadas serán complicadas. Urge ir encarando una mejora progresiva en la ruta 82 antes de que el tránsito la desborde.
