“Todavía estoy como soñando”. Lo contó ayer Estela de Carlotto, en la puerta de su casa de Tolosa, tras haber pasado la primera noche de los últimos 36 años sabiendo que iba a reencontrarse con su nieto. “Dormí poco, pero con paz, con tranquilidad, con felicidad, me levanté plena”, relató la titular de Abuelas.
El esperado encuentro con Guido Montoya Carlotto, el nieto recuperado 114, se produjo por la tarde, en un lugar que se mantuvo en reserva. Habría sido en La Plata, y no en la sede de Abuelas -como había sugerido temprano Carlotto para seguir el mismo proceder que con los demás nietos restituidos- para tener mayor privacidad, ante la trascendencia que tuvo el caso y porque se “filtró” la identidad del joven -Ignacio Hurban, músico, que vive en Olavarría con su pareja- lo cual fue reprochado por miembros de la familia.
La pista de que la reunión iba a concretarse la dio Remo Carlotto, hijo de Estela y diputado nacional, que contó a una radio que “después de la sesión me voy a ir, porque esta tarde nos vamos a encontrar con Guido”.
Pero en torno al encuentro hubo un total hermetismo. Es que las Abuelas, cuando anuncian la recuperación de un nieto, nunca revelan la identidad, para preservar a la persona y permitir que elabore sin presiones la situación. Ayer, los hijos de Estela, tanto Remo como Claudia Carlotto -titular de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi)- expresaron su malestar por la difusión del nombre y le apuntaron a la jueza María Servini de Cubría.
Ignacio-Guido habría hecho los arreglos para el encuentro con su tía Claudia, con quien tuvo el mayor contacto en estas horas. Claudia, como titular de la Conadi, fue la que le dio la noticia de que en efecto era un “nieto”.
En la sede de Abuelas y también frente a la casa de Carlotto hubo guardias periodísticas ayer, lo mismo que frente a la vivienda en Colonia San Miguel, Olavarría, del matrimonio de Clemente y Juana Hurban, los padres adoptivos que, por lo que se ha sugerido hasta ahora, no tendrían vinculación con la dictadura militar. Reconstruir cómo les llegó el bebé, hijo de Laura Carlotto y de Oscar Montoya, ambos militantes montoneros secuestrados y asesinados por la dictadura, es parte de la historia por conocerse y también de la causa judicial. En principio, el propio Ignacio-Guido sería citado a prestar declaración ante la jueza Servini la semana que viene.
Carlotto recordó ayer su reacción cuando la jueza -en cuyo despacho se unifican todas las causas por robo de bebés- la citó a su despacho pero esta vez para anunciarle que el nieto recuperado era el suyo, al que había buscado por 36 años: “Pegué unos gritos que parecía loca. No puedo describir lo que me vino: grité, lloré, nos abrazamos. Todavía estoy como soñando”.
También señaló que “en estos días estoy para Guido, mi nieto, pero voy a seguir yendo a Abuelas para buscar a todos los que falta encontrar”.
La jueza tomará declaración a Guido
Luego de 16 años de pistas infructuosas, la causa por la apropiación del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, arrancará prácticamente de cero con el repentino y reciente contacto del hombre con los organismos del Estado para determinar su identidad y el rápido análisis que confirmó su parentesco con la emblemática dirigente.
Fuentes judiciales dijeron que a partir de ahora se tomará declaración como testigo-víctima a Guido Montoya (como le será restituida seguramente su identidad en los próximos meses) o Ignacio Hurban, el nombre con el que se lo conoció hasta el martes y con el que vivió durante sus 36 años.
Sólo durante sus primeras cinco horas de vida escuchó Ignacio de boca de su madre, en cautiverio, el nombre Guido, el que ella eligió. Después no se sabe nada de cómo terminó en Olavarría. Ése es el camino que deberá desandar ahora la Justicia para establecer la verdad jurídica y llegar a una sentencia en el futuro.
Luego de toda una tarde con Guido, siento que recobre gran parte de lo que perdí hace 37 años . Hoy vi a Laura y a los 30 mil . Gracias