Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
El final de su primer año de gobierno es para Cornejo más tranquilo que lo que él mismo seguramente supuso en algún momento. El panorama, en base a lo que recibió en diciembre de 2015, era muy complicado, mucho más de lo por él y su equipo comprobado en aquella larga transición que surgió del calendario electoral que había fijado Francisco Pérez. Un buen resultado fue el del cierre de las cuentas de 2016 con un rojo inferior al que tuvo el gobierno de Pérez en su caótico año final. Con ese dato alentador el ministro Kerchner prometió bajar el actual 8,3 por ciento del total del déficit fiscal, a 6 por ciento en el que comienza.
El inevitable ajuste para poner en caja a la Provincia hacía temer turbulencias políticas y gremiales que se produjeron, pero con mucho menor efecto que el que se temía. En lo social, la repercusión está mayormente supeditada a los vaivenes económicos nacionales. Sí hace falta que en materia de seguridad las cosas mejoren, ya que la percepción de avances por parte de la gente no es la mejor luego de un año de gestión; sí corresponde dar tiempo y esperar resultados de las reformas implementadas, en especial en la Justicia, donde este gobierno también juega una partida especial.
Una gran tranquilidad para el Gobierno fue haber podido sortear la transformación de la empresa de transporte. En lo político, hay que destacarlo. El triunfo fue en base a una cuidada mayoría en las Cámaras que sirvió para superar el fuerte obstáculo de la oposición, mientras que en el plano gremial el avance del cornejismo tuvo una indudable sustentación en la división sindical de la empresa ahora reformulada. Cornejo tiene en adelante un gran desafío político con el servicio que se preste desde mañana, cuando entre en vigencia la nueva sociedad. La EPTM venía siendo un claro ejemplo de la sobredimensión e ineficiencia del Estado que el Gobernador quiere erradicar.
En efecto, no hace mucho el titular del Ejecutivo expresaba públicamente su preocupación por la fuerte incidencia, entre 95 y 97 por ciento, que tenían los gastos corrientes en el Presupuesto anual de la Provincia, siempre pensando en el escaso margen que esa realidad deja para la inversión en obras de infraestructura, fundamentalmente. De ese modo, hacer cirugía mayor en la tradicional empresa de trolebuses es muy alentador para su equipo de gestión, con más razón sabiendo que fue durante el anterior gobierno radical, que finalizó en diciembre de 2007, cuando la por entonces proyectada expansión de la empresa, posiblemente excesiva, abrió el camino al desorden de las dos administraciones justicialistas posteriores.
El buen ejemplo
Es indudable que en este año que finaliza Mendoza ha tenido un trato especial por parte de la Nación, siempre en un marco de entendimiento general que ha permitido a la administración de Cambiemos asegurar respaldo de las provincias en el Congreso a través del liderazgo de los gobernadores, especialmente los justicialistas, hacia quienes ocupan las bancas. Más allá de esa política macrista, es sabido que la relación entre Macri y Cornejo nunca desentonó. Hasta se podría decir que estos primeros doce meses de gestión simultánea pueden haber reforzado la expectativa que el Presidente siempre tuvo por el gobernante mendocino, desde hace muchos años, cuando uno era jefe de Gobierno porteño con remotas ilusiones presidenciales aún y otro todavía gozaba con su intendencia godoicruceña sin colocar aún toda su estrategia mirando hacia la Gobernación.
Esa cordialidad institucional y hasta personal posiblemente justifique la prudencia con que las autoridades locales encararon en los últimos días la salida de Prat Gay del equipo ministerial de Macri. Salvo Laura Montero, desde el Ejecutivo no hubo voces a favor o en contra de la salida del titular de Hacienda. Sí trascendidos, consignados en las páginas de Los Andes, dando cuenta de una relación con altibajos entre el gobierno local y el área que condujo el ahora desplazado ministro.
De todos modos, el mayor vínculo de la actual conducción de la Provincia con el gobierno de Macri generalmente nunca pasó en todo este tiempo por el área de Hacienda. En ese sentido, la idea presidencial de no tener más un súper ministro de Economía fuerte se cumplió en el vínculo con los gobernadores, más afectos a la cordial recepción que siempre les da el jefe de Interior, Frigerio, hábil político y economista del riñón presidencial.
La reciente reunión entre la Nación y gobiernos provinciales en la que Mendoza pudo congelar una importante deuda con la AFIP marcó otro alivio financiero para nuestra provincia, como bien señaló el ministro Kerchner, que representó a Cornejo en dicho encuentro. Pero también ese cónclave ratificó la consideración con las provincias que hoy tiene el Estado nacional. En ese marco no faltaron conceptos elogiosos de quien presidió dicho encuentro, justamente el ministro Frigerio, hacia decisiones que toma el gobierno de Cornejo para mantener un equilibrio en las cuentas públicas. Concretamente, el funcionario nacional recomendó a los representantes provinciales presentes tener muy en cuenta cómo está manejando la gestión de Cornejo la discusión paritaria estatal hacia 2017 en el plano salarial.
El 17 por ciento de aumento en dos tramos, con reapertura durante el año, que planteó con éxito la administración local para marcar la cancha en el mano a mano con los gremios, es lo que destacó la Nación para que eventualmente tomen nota otras provincias. Es cierto que María Eugenia Vidal hizo un arreglo casi similar en su conflictuada provincia de Buenos Aires, pero la diferencia en este caso radica en que la Gobernadora es del riñón macrista mientras que Cornejo es un claro ejemplo que pone la Nación a la hora de mostrar cómo puede funcionar una coalición gobernante cuando lo que se prioriza es la buena administración del Estado sobre las pertenencias partidarias.
Como se observa, un balance para Cornejo con leve saldo favorable en la gestión y por ahora óptimo en lo político luego del primer año en el poder. Obras y proyectos para mostrar tendrán que ser necesarias en 2017 para consolidar la imagen de un gobierno que no debe querer que se lo considera porque no sólo pone en orden los números. En ese sentido la firma de la licitación de Portezuelo del Viento, a la que Cornejo calificó como una “muy buena noticia de fin de año”, puede ser un punto de partida y apoyatura para que la Provincia salga con más éxito a buscar el interés privado que la saque de la chatura con que con mucho acierto la definió hace poco un sector del empresariado.