El grupo yihadista Estado Islámico (EI) liberó a cientos de civiles que había tomado como escudos humanos durante la retirada de su bastión estratégico de Manbij (norte de Siria), mientras bombardeos sirios y rusos, y ataques rebeldes en la zona de Alepo costaron la vida ayer a 51 civiles.
Los últimos yihadistas abandonaron el viernes Manbij, una ciudad estratégica para el abastecimiento de la organización extremista y situada entre Turquía y los territorios bajo su control en Siria.
Se trata de la derrota más importante del grupo a manos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición de combatientes árabes y kurdos apoyados por las fuerzas Estados Unidos.
Además de la importancia estratégica para el abastecimiento de los yihadistas, Estados Unidos calificó a Manbij de base logística para la salida de los combatientes del EI hacia Europa, donde el grupo reivindicó varios atentados.