¿A quién no le hicieron alguna vez esa pregunta capciosa sobre si pesaba más un kilo de pluma o un kilo de plomo?. ¿Y cuántos respondimos automáticamente 'un kilo de plomo', sin siquiera detenernos en la cuenta de que ambos pesan lo mismo (un kilo)?.
Pues bien, dentro de unos meses tranquilamente podría reformularse esa pregunta "tramposa" y convertirse en: '¿cuánto pesa un kilogramo?'. Y la respuesta seguirá siendo 'un kilogramo'; aunque cambiará el patrón de base, y será una constante física de la naturaleza la que lo defina -actualmente está dado por un cilindro de platino-iridio- .
Reunidos en el Palacio de Versalles (París) y como parte de la Conferencia General de Pesas y Medidas; la comunidad científica mundial aprobó la mayor revisión del Sistema Internacional de Unidades -si se tiene en cuenta las distintas intervenciones que fueron realizadas desde su instauración en 1960-.
Los cambios entrarán en vigencia en mayo del 2019. Y lo más importante es que no significará ningún cambio en la rutina y la interacción diaria de la comunidad -en general- con estos elementos.
"En las mediciones de la vida cotidiana no habrá cambios; por lo que el kg de carne o los pesos comerciales seguirán siendo los mismos. Pero en las mediciones de mayor exactitud -de ciencia o tecnología muy sofisticada- sí habrá un impacto", explicó el gerente de Metrología Calidad y Ambiente del INTI y miembro del Comité Internacional de Pesas y Medidas, Héctor Laiz. El referente, que además preside el Sistema Interamericano de Metrología, participó de la conferencia.
"Desde hace tiempo ya la comunidad científica viene buscando formas más precisas para medir magnitudes y unidades, y es eso lo que se va a anunciar. Desde el punto de vista práctico y en la aplicación no va a cambiar nada. Por lo que uno va a seguir midiendo lo mismo (en cuanto a estatura), pesando lo mismo; y un kilo de carne va a seguir siendo lo mismo que es actualmente", sintetizó a su turno el ingeniero en Electrónica, Ernesto Gandolfo. Resaltó que no será necesario modificar balanzas ni nada en especial o particular; al menos en lo que a objetos de uso cotidiano se refiere.
El anuncio involucrará las redefiniciones del ampére (unidad de medida de la corriente), del kilogramo (peso), del kelvin (temperatura) y del mol (unidad para medir la materia); así como también las la reformulaciones del metro (unidad de longitud), el segundo (de tiempo) y la candela (intensidad lumínica).
Desde el kilo y el metro, hasta el segundo y la candela
En 1875 se firmó un acuerdo diplomático entre más de 100 países -entre los que estaba Argentina- y allí se definieron las unidades de medida.
“El kilogramo y el metro fueron las primeras unidades que se definieron y luego, con los años y la evolución de la tecnología; se sumaron unidades de medida de energía (ampére), de tiempo (segundo), de temperatura (kelvin), mol y candela. Esas son las 7 unidades básicas. Todas las otras unidades -como por ejemplo el kilowats- derivan de esas 7 unidades, que a su vez derivan del metro y del kilogramo”, explicó en tono didáctico Laiz.
Si bien al inicio de la convención el patrón para fijar y definir qué era un metro era una barra, hace tiempo se sustituyó y esta unidad pasó a estar definida por la velocidad de la luz. No obstante, el kilogramo sigue estando definido tomando como patrón un cilindro de platino-iridio que está depositado en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (en Francia). Y esto es lo que cambiará el viernes, cuando dicho cilindro sea reemplazado en la ciencia por la constante de Planck.
"A partir del viernes, las 7 unidades van a estar definidas por constantes de la naturaleza, no más por un objeto", acotó Laiz. Gandolfo se refirió a qué cambiará con esta decisión. "El científico siempre necesita patrones más exactos para ganar en precisión al momento de medir. Los cambios se van a evidenciar en ámbitos de precisión justamente, como puede ocurrir en las comunicaciones. Pero no se va a modificar nada, sino que se van a redefinir y a reformular. Va a permitir reproducir las unidades de forma más exactas, así como también no dejar dudas cada vez que se necesite representar o conocer algo de la forma más exacta posible", continuó Gandolfo, quien es doctor en Ingeniería y docente en la UTN y UNCuyo.
Para ejemplificar, el especialista destacó que el cilindro que define qué es un kilogramo desde 1960 ya no tiene la misma masa que en aquel momento, debido a diferentes procesos atómicos que ha sufrido (se estima que el patrón original del kilogramo ha perdido en un siglo 50 microgramos, debido probablemente a la pérdida de átomos). "He ahí la necesidad de utilizar como patrón algo que no varíe en el tiempo. Por eso estas redefiniciones y reformulaciones se van a hacer a través de las constantes universales de la física", siguió Gandolfo, porque permitiría que no estén sujetas a las influencias externas y que la medición sea más segura.