Después de conseguir una ajustada victoria sobre Serbia en la fase de grupos, el entrenador de la selección de básquetbol de Estados Unidos, el Dream Team, ofreció una franca evaluación y advertencia para su equipo.
“Tenemos más talento”, señaló Mike Krzyzewski luego de ese triunfo por apenas tres puntos. “Pero tenemos que jugar mejor como equipo”.
Con el oro y la historia de por medio, Estados Unidos necesitará de su mejor desempeño (hoy a las 15.30, hora de nuestro país) cuando se vuelva a topar con el mismo rival en la final que bajará el telón a las pruebas deportivas de los Juegos Olímpicos de Río.
El oro o nada
La consigna es sencilla para Kevin Durant, Carmelo Anthony y compañía: el título es el único resultado que vale.
Sin figuras como Le Bron James y Stephen Curry, ni mucho tiempo para acoplarse en la antesala de Río, Estados Unidos no ha sido la aplanadora que conquistó los dos últimos oros olímpicos en Pekín y Londres.
Las victorias por tres unidades sobre Serbia y Francia en la etapa de grupos hicieron sonar las alertas, y ahora se encuentran de nuevo con un equipo serbio que aplastó por 26 puntos a Australia en semifinales.
Estados Unidos superó por seis puntos a España en semifinales, para extender a 24 partidos su racha invicta en Juegos. “Para eso vinimos”, dijo Anthony, el único integrante del equipo campeón en 2008 y 2012 que regresó en busca de su tercer oro. “No queremos irnos con nada que no sea la medalla de oro”.
Serbia tampoco se conforma con ser un actor de reparto en la final. Superó la primera fase con apenas dos victorias y tres reveses, pero después despachó a Croacia y Australia en sucesión.
“Sólo conozco dos formas de jugar”, dijo el entrenador serbio Sasha Djordjevic. “Uno juega al básquetbol o juega al básquetbol para ganar. Ustedes no me conocen, pero mi respuesta es la segunda opción”.
El bronce en juego
El seleccionado de España enfrentará a Australia (a las 11.30) por la medalla de bronce, en la que probablemente sea la despedida olímpica del pivote español Pau Gasol.
España perdió las dos últimas finales olímpicas ante Estados Unidos, un Dream Team que se tornó su pesadilla.