Quedó atrapado con sus nietos en una telecabina de Cerro Catedral y vivió para contarlo

Philippe Bousquet estaba con sus dos nietos dispuesto a pasar un gran día esquiando en Cerro Catedral, pero un episodio impensado les jugó una mala pasada.

"Tuvimos la mala suerte de elegir el medio de ascenso equivocado. Teníamos varias opciones y justo optamos por la telecabina Amancay. Se detuvo apenas arrancó, a los 45 segundos de haber salido desde la base del cerro Catedral; estábamos a unos 15 metros de altura", relató el hombre, en diario Clarín.

Además, Philippe contó: “A los 10 minutos llamé desde un teléfono que hay dentro de la cabina a un centro de auxilios del mismo cerro. Me respondieron y sólo me dijeron que se trataba de un desperfecto técnico. Nada más".

Philippe Bousquet, un argentino que vive en San Isidro, se encontraba con sus nietos mellizos Dante y Beyla de 8 años, rumbo a la cumbre del cerro Catedral para pasar el día esquiando. Otras 240 personas fueron evacuadas este jueves debido a una falla técnica. El problema se centró en una pieza de la maquinaria nueva que había sido reemplazada este mismo año, se informó.

Habitué de la montaña y de sus alrededores, a Philippe le pareció raro "una quietud durante varios minutos, sin que dijeran nada". La mayor incomodidad pasaba porque estaba con sus nietos. "Por suerte no hacía frío, era un mediodía radiante, con un cielo pintado", cuenta el vecino de San Isidro. Pero con el paso del tiempo empezaron los inconvenientes, entre ellos la necesidad del ir al baño, sin tener novedades de cuándo iban a poder bajar.

Asimismo, continuó relatando: "Cuando pasaron veinte minutos volví a llamar y el mensaje del otro lado fue el mismo. Me respondió una persona educada, pero que me hablaba desde una oficina, como si fuera un call center, sin saber a ciencia cierta lo que estaba pasando".

Precavido, Bousquet tenía bebidas y su teléfono celular con carga, por lo que se comunicó con su mujer Mariana y con los padres de Dante y Beyla para describirles la situación y llevarles la mayor tranquilidad posible.

"Con los chicos allí arriba apliqué el método 'La vida es bella' (película de Roberto Benigni), construyendo un juego en medio de la incertidumbre", para distraer a los menores, propuesto que surtió efecto sólo por un rato.

El tiempo pasaba pero las soluciones no aparecían.

Pasadas las dos horas, Philippe empezó a ver un enorme despliegue de rescatistas que con sogas y arneses, subían a los postes y se deslizaban por los cables hasta los techos de las telecabinas.

Cuando llegó el rescatista, se introdujo dentro de la cabina "y muy piola se ganó la confianza de los chicos y les pidió que se dieran un abrazo, tomando a ambos con un arnés. Yo estaba tranquilo, más allá de toda la situación horrible, nunca sentí que mis nietos corrieran algún tipo de peligro de vida. Confiaba en el modus operandi de los rescatistas".

Al principio, Philippe tuvo que convencer a los chicos, que vieron con cierto temor el vacío. "Pero les dije que la montaña es así, que estas son cosas que pueden suceder y que hay que ser valiente. En el medio de mi arenga, ya estaban bajando lo más bien".

Finalmente, Philippe criticó el deficiente protocolo de rescate. "No puede ser que no exista un sistema intercomunicador entre las cabinas y la base, porque muchos damnificados deben haber quedado aislados. Por otro lado tiene que existir también un sistema manual que permita que puedas llegar a la base o a la estación más cercana. No puede ser que demoren tanto tiempo en hacer un rescate como éste".