Sociedad
Para mañana se espera “tiempo bueno” en Mendoza: cuál será la máxima
hace 2 horas
El presidente Barack Obama exhortó a los mandatarios de tres países centroamericanos y al Partido Republicano hoy a que ayuden a detener la afluencia de menores y familias migrantes a la frontera sur ya que ayer el gobierno federal tuvo que enviar a 117 menores inmigrantes ilegales con familias de Delaware.
Obama y el vicepresidente Joe Biden se reunieron en la Casa Blanca con el guatemalteco Otto Pérez Molina, el hondureño Juan Orlando Hernández y el salvadoreño Salvador Sánchez Cerén para intentar dar una solución a este coflicto.
El presidente de Estados Unidos expresó su compromiso de respetar los derechos de los menores y propuso preparar un plan de acción de mediano y largo plazo y que los cuatro países juntos deben detener la afluencia de niños a la frontera porque los jóvenes arriesgan sus vidas y las de sus familias.
Ayer el gobierno federal envió con familias de Delaware a 117 menores de edad que entraron de forma ilegal en Estados Unidos por la frontera sur, según dijo el gobernador Jack Markell.
Markell, perteneciente al Partido Demócrata, escribió que su gobierno estaba preparado para colaborar con organizaciones no lucrativas para cubrir las necesidades básicas de los menores. En esa misma línea agregó que los niños podrían entrar a las escuelas públicas de Delaware mientras esperan a ser procesados, pero subrayó que el gobierno federal deberá trabajar con los gobiernos estatales para cubrir el costo de los servicios públicos, la asistencia y el cuidado médico que reciben los niños.
La odisea de cruzar la frontera embarazada
La ilusión que algunos centroamericanos tienen de enconrtar mejores oportunidades ecónomicas en Estados Unidos los llevan a tomar decisiones que pueden ponerlos en riego.
Siguendo sus deseos, o sus necesidades, una joven de 18 años de El Salvador embarazada de 8 meses logró cruzar la frontera y dio a luz a César pocos días después de haber llegado al país del norte.
Esta historia la reflejó el diario BBC y cuenta que Aidé cruzó la peligrosa frontera entre México y el estado de Texas luego de viajar más de una semana. La joven se subió a tantos micros que ya ni se acuerda exactamente cuántos fueron y atravesó en una balsa el Río Grande, que separa a los dos países.
Su objetivo era escapar de la violencia en su país y reencontrarse con su madre y sus hermanas, que viven en Nueva York.
"Fue bastante arriesgado porque ya me faltaban pocos meses y aun así decidí venirme", le explicó al portal citado la chica que tiene una voz tímida y sólo esporádicamente deja escapar una sonrisa.
