El dulce de leche, un preparado cuyo origen se atribuye a la Argentina en el siglo XIX pero que otros países también reivindican su invención, festejará el domingo su Día Internacional por lo que autoridades del Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines, recordaron el valor de este deleite que se transformó junto al mate, el asado y las empanadas en Patrimonio Cultural Gastronómico Argentino".
Podemos disfrutar el dulce de leche en caramelos, bombones rellenos, chocolates, arrolladitos, con flanes, con budín de pan, con churros, con facturas, en cañoncitos, bombitas, merengues, tortas, helados, panqueques y en los infaltables alfajores, con unas tostadas y porque no, de a cucharadas.
Los hay de varias clases: tradicional, familiar, repostero, heladero, alfajorero y son elaborados s, con leches de vacas Holando-Argentino, Jersey, ovejas, cabras y búfalas.
Existe en muchos países, con distintos nombres como Doce de Leite, Milk Sweet, Confiture de Lait, Radaby, Fanguito o Cajeta.
Diferentes países se atribuyen su invención, a través de diversas leyendas, aunque no hay un origen definido. El más firme es el que cuenta que nació en 1829 en una estancia de la provincia de Buenos Aires se encontraba una criada mulata del General Juan Manuel de Rosas, preparando la lechada para hacerle unos mates al General, que estaba por llegar, para firmar el Pacto de Paz, con el Gral. Lavalle.
Al darse cuenta que en el catre de Rosas se encontraba su enemigo, el general Juan Lavalle descansando, salio a pedir ayuda y abandonó la olla, con leche y azúcar, con un brasero encendida que al hervir se convirtió en dulce de leche.
Otras leyendas aseguran que en Chile el Libertador General San Martín lo degustaba en su estadía tras su gesta Libertadora y que pronto se trasladó a Mendoza y luego a Buenos Aires.
En Francia dicen que el hallazgo (accidental) ocurrió en la campaña Napoleónica, los veteranos enrolados con el corso, recibían a diario una ración de leche azucarada caliente, un cocinero que estaba preparando la misma, a quien asistió el fragor de la batalla, abandono la olla, con la leche y el azúcar en la hornalla encendida.
Al hervir se transformo en Confiture de Lait (Dulce de Leche), y el cocinero entró en la historia francesa, como su inventor en el año 1815. El Centro destacó que "no existe un inventor verídico, consideramos que es un una creación Divina, para los golosos del mundo".