Los bancos públicos salieron hoy a vender divisas para evitar que el precio del dólar llegue a los 26 pesos, en medio de fuertes tensiones sobre el tipo de cambio por efectos externos y elevada demanda local de empresas.
A pesar del intento por contener la depreciación del peso, el dólar cerró en los 24,50 pesos para la compra y 25,47 pesos para la venta promedio en las ventanillas porteñas, unos 22 centavos más que el día anterior. Así, se encamina a cerrar mayo con una suba del 35% desde que arrancó el año.
Las reservas internacionales se ubicaron en 50.915 millones de dólares, disminuyendo 1.015 millones respecto al día hábil anterior. Se canceló otra cuota de la deuda con el Club de París por 459 millones, entre otros compromisos.
El Banco Central no vendió reservas, pero los bancos oficiales si, como si estuvieran operando en tándem. El Banco Nación, vendió 300 millones. La semana pasada, la misma entidad vendió 557 millones.
Además, hubo operaciones de bancos de provincias que atendieron la demanda de empresas importadoras y otros grandes clientes locales.
La demanda local aumenta siempre en las últimas dos o tres jornadas de fin de mes dado que las empresas compran divisas para pagar importaciones o gastos en el exterior. Ese fue uno de los motivos de la suba y explica que el volumen operado en el segmento contado fuera elevado, de 1.216 millones de dólares.
En segundo lugar, el dólar sigue fortaleciéndose. El euro cayó frente al billete verde hasta los 1,16 dólares, el nivel más bajo desde julio de 2017, por la preocupación de los mercados ante la situación política en Italia, que aumentó la desconfianza de los inversores. Esto le pega a todo el Viejo continente y golpea su moneda.
Además, las contingencias políticas y el reacomodamiento de la macroeconomía de los Estados Unidos a las tasas de interés más altas siguen pegando fuerte a los países emergentes.
El real brasileño perdió 0,34% frente al dólar; el peso chileno se depreció un 0,8%; y México dejó correr al peso 1,12% para ganar competitividad después de ser uno de los emergentes que menos devaluó en el año.
A pesar de que este martes bajó levemente, el rendimiento de la deuda estadounidense a 10 años se mueve en torno a 3% contra 1,3% de julio de 2016 cuando cayó a su menor valor de la historia. Los inversores internacionales que salieron de las potencias durante el crack financiero de 2008 ahora se están retirando de los países emergentes en busca de inversiones "de calidad".
Según el Instituto Internacional de Finanzas, las principales víctimas de ese cambio de paradigma son Argentina y Turquía, que desde inicios de abril han visto a sus monedas caer 22% y 19%, respectivamente, frente al dólar.
Por si esto fuera poco, comenzó a impactar el difícil momento de Brasil, que está prácticamente paralizado por la huelga de camioneros y ahora estalló un paro de 72 horas de petroleros.