El Gobierno aseguró ayer que "no hay atraso cambiario", por lo que "no hay ninguna razón" para que el dólar suba incluso después de las elecciones. Los inversores financieros no lo ven así y se desmarcan: el "dólar blue" rozó los 68 pesos y en la Bolsa porteña casi toca los 73 pesos.
Operadores de la city porteña explicaron a este diario que existen tres factores que están generando tensiones: faltan diez días para las elecciones, la oferta privada escasea y el mercado está seguro que el control de capitales será ajustado antes de fin de año.
El precio del billete verde subió sólo cinco centavos en los bancos, a los 60,59 pesos. En el mayorista ascendió tres centavos, a 58,32 pesos. Fue determinante la intervención del Banco Central, que vendió 120 millones.
Según el ministro de Hacienda Hernán Lacunza, esas ventas no son para abastecer a una “demanda especulativa” sino a las empresas que tienen vencimientos de deuda en el exterior.
Lacunza también negó que el Gobierno esté analizando bajar de 10.000 dólares el tope mensual para la compra. El fundamento es que sólo el 2% del mercado adquiere más que esa suma. El ministro de Hacienda insistió con que "no hay atraso cambiario".
"En términos reales, corregido por inflación, el tipo de cambio casi duplica al de equilibrio", sostuvo. Y señaló que también es 90% superior al de diciembre de 2015, 60% más alto al de cuando se inició la crisis en abril de 2018 e incluso un 25% mejor que el promedio de las últimas décadas.
El lastre de la deuda
Una de las mayores demandantes de divisas, y por ello que más presionan sobre el tipo de cambio, es la deuda, tanto pública como privada. Más allá del reperfilamiento y del control de capitales, el Estado y las empresas tienen que seguir pagando.
"Hay un problema de liquidez, no de solvencia. La deuda es absolutamente pagable. Pero hay que estirar los plazos porque está demasiado asfixiado el cronograma de los próximos años", evaluó ayer Lacunza.
Y ratificó que es finito el poder de fuego para afrontar la demanda de divisas. Por ello, alertó que el país debe renegociar con el FMI y los principales acreedores privados antes de marzo.
Las reservas del Banco Central cerraron a los 47.594 millones de dólares. Desde el pico de 77.481 millones del 9 de abril, este stock perdió 29.887 millones de dólares.
Desde el 12 de agosto, el día posterior a las primarias, las intervenciones se llevaron 4.000 millones de dólares. Según Lacunza, esto es porque el mercado "se anticipa a lo que viene". No obstante, descartó un descalabro mayor: "La economía está delicada, pero no hay razones para que el resultado electoral cambie eso. El escenario electoral ya está reflejado en las variables financieras", consideró.
Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio, evaluó que los precios en los bancos y en el mercado mayorista volvieron a moverse dentro de un rango estrecho de fluctuación que se acomodó al nivel propuesto por la regulación del Central.
El economista Eduardo Fracchia, de la Universidad Austral, opinó que la paz cambiaria es sólo por "las reservas netas en liquidación" y los 7.200 millones que el FMI que estaban en el Central.
Fracchia apuntó que el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, pide que no disminuyan las reservas, pero aclaró que eso es más factible sólo si se profundiza el control cambiario. Por este motivo en la city financiera porteña creen que si Fernández es electo, el cepo registrará un ajustazo.
Precios distintos
La estabilidad en los bancos no se refleja en otros ámbitos. El denominado "contado con liquidación" ayer trepó 6%, hasta los 72,80 pesos. Subió 91,4% desde que arrancó 2019. Hay una fiebre de inversores por sacarse de encima activos en pesos y salir al exterior. La brecha con el oficial ya es del 20 por ciento.
El "dólar Bolsa", una operación bursátil que surge a partir de la compra de un bono cuya cotización es en pesos pero es convertible al mismo papel que cotiza en dólares, saltó 4,9% a 70,11 pesos.
En tanto, en el mercado paralelo de divisas -conocido como "blue"- el valor del billete saltó 3,10 pesos y se ubicó en los 67,75 pesos. La brecha con el oficial se expandió a 11,82%, el nivel más alto desde la salida del cepo kirchnerista en diciembre de 2015.