Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
Cada vez que hay elecciones, en Argentina se elige discutir sobre temas de segundo nivel. Pareciera que a los políticos les cuesta mucho tomar los temas centrales por temor a las reacciones populares. El tema elegido para la tribuna en estos días es el dólar, en lugar de la inflación, que es el problema más grave de la economía argentina.
La forma es la más indicada que han encontrado para confundir a la gente es no diciendo nada de lo que harían sino tratar de asustar a la población diciendo lo que harán otros candidatos. El problema es que mientras las personas los miran sin saber a quién creerle, los mercados ya se han convencido y no les creen a ninguno. Lamentable.
Recuerdos de la convertibilidad
Los memoriosos recuerdan que en medio de la campaña electoral de 1999 cuando ganó Fernando de la Rúa, la población estaba muy molesta por la persistente recesión producida por el atraso cambiario. Todos querían que terminara el gobierno de Menem, pero nadie quería que se modificara la convertibilidad 1 a 1 que había permitido disfrutar de tantos placeres y viajes.
Los candidatos de aquel entonces (Duhalde y De la Rúa) se peleaban para demostrar cada uno quién se comprometía más a mantener la convertibilidad para ganarse los favores del electorado, cuando todos sabían que del atraso cambiario solo se puede salir ajustando el tipo de cambio real. Si el desfasaje no es grande, se pueden bajar impuestos o bajar costos, pero cuando es muy grande, solo se puede hacer corrigiendo el tipo de cambio nominal.
Lo cierto es que De la Rúa ganó y aumentó impuestos porque la caída de la economía había producido una situación de déficit severo, que se financiaba con deuda, por la inflexibilidad de la convertibilidad. Estos aumentos agravaron la pérdida de competitividad, se sumó el malestar social y todo terminó el 19 de diciembre de 2001 con el presidente dejando el poder en helicóptero, sin entender lo que le había pasado.
La situación actual
La economía actual se enfrenta a un atraso del tipo de cambio, pero por razones distintas a las de 2000. En aquel entonces el problema era el tipo de cambio fijo ante un dólar que se revaluaba en el mundo. En la actualidad, y con un dólar que quiere recuperar posiciones, el problema grave es la inflación, con un tipo de cambio controlado que no se actualiza.
Esta estrategia comenzó a aplicarse en 2010 y desde entonces el proceso se fue agravando, a tal punto que la caída del superávit comercial ha sido sostenido, pero algo se mantiene porque el gobierno puso un cepo a las importaciones, que ahora deberán levantar por un fallo de la OMC.