La gente salió a comprar dólares en masa. Muchos sacaron sus ahorros y se los llevaron a la casa. Los bancos redujeron un 30% el monumental stock de Letras de Liquidez (Leliq) en poco tiempo y el Banco Central emitió moneda. Todo eso hizo que el precio del billete estadounidense se disparara 7% en una semana, hasta los 65 pesos por unidad.
Ayer, las las reservas se desplomaron 1.755 millones de dólares, acumulando una baja de 3.945 millones en la semana. Desde las elecciones primarias hubo un derrumbe de 22.806 millones de dólares. Es decir, el stock del Central perdió el 34,4% del total.
La gran pregunta, la que se hacen todos, es: ¿qué va a pasar el lunes? Entre los banqueros hay rumores de un feriado bancario y cambiario, incluso por más de una jornada. En el Central guardan un hermetismo extremo.
Pero hay señales oficiales sobre un eventual ajuste del control de capitales, bajando el techo permitido de compra mensual de 10.000 a 2.000 dólares. Pero hay dudas sobre la efectividad de esa medida porque el 70% de quienes compran divisas lo hacen por menos de 1.000 dólares al mes.
La decisión se definirá el domingo y se comunicará en las primeras horas del lunes. Es que el 27 se despejará la incertidumbre electoral: pasadas las 21 se sabrá si la Argentina tiene un nuevo gobierno electo con Alberto Fernández como presidente o si el actual mandatario Mauricio Macri logró la hazaña y alcanzó una instancia de balotaje. Ahora, el diálogo entre ambos está roto, situación que suma ruido sobre cómo podría darse una eventual transición.
Tres variables clave
Proyectar el valor del dólar para el lunes o la semana que viene es imposible. Pero el economista Diego Dequino, ex director del Banco Nación, asegura que hay que mirar tres variables: las divisas disponibles; la demanda de pesos y la relación entre los pesos y dólares en poder del Central, que arroja una mediana estadística de 73,50 pesos por cada dólar. Eso indicaría que el billete tiene camino por recorrer antes de estabilizarse.
Ayer se negociaron contratos de futuro en el Rofex de Rosario con precios de 62,50 pesos para fin de octubre (jueves que viene), 67 pesos para noviembre y 78,70 pesos para diciembre. En el Mercado Abierto Electrónico (MAE) hubo negocios por 60 millones, con un tipo de cambio de 60,55 pesos para el 31 de octubre, apenas cincuenta y seis centavos sobre el cierre mayorista de ayer. Eso indicaría que el mercado no espera un gran descalabro, pero nada está dicho hasta que ocurre.
El precio del dólar en los bancos subió 2,6% ayer y se ubicó en 65 pesos para la venta en promedio. Así, acumuló un alza de 7% en la semana (4,27 pesos) y 39,6% (18,45 pesos) desde las elecciones primarias.
Parte de la demanda fue atendida por el Central, que hizo tres subastas de 220 millones de dólares, después de haber puesto a disposición unos 800 millones. El "blue" cerró en 75,50 pesos.
La urgencia de muchos ahorristas e inversores por salir del peso y saltar a una moneda dura se evidenció en el volumen operado en el segmento de contado, que alcanzó los 1.152,3 millones, nivel récord para el año en curso.
La fiebre por dolarizar carteras ante un eventual cambio de gobierno está impulsando una acelerada caída del stock de Leliq que emite el Central para secar la plaza de pesos. Esa montaña de papeles perdió 405.624 millones de pesos desde el pico del 20 de agosto y descendió a 919.732 millones, su nivel más bajo desde el 6 de marzo.
Todos esos pesos que salieron de golpe a la calle presionan sobre el dólar. Ocurrió de forma inesperada para el Gobierno, que otra vez subestimó el fenómeno del pasivo remunerado de la entidad rectora de la política económica.
El desarme de Leliq se aceleró en los últimos ocho días hábiles, en los que bajó 218.722 millones de pesos, porque la tasa de interés en pesos perdió todo atractivo para los bancos. La mayoría de los pesos terminó yendo al dólar, lo que hizo subir fuerte el precio.