La devaluación del peso afectó directamente a muchos rubros que se manejan con insumos importados, como el de la construcción, venta de artículos deportivos, electrónicos y todos aquellos en los que los gastos de transporte pesan en el precio final del artículo, y no dejó fuera de esta realidad a los de la salud.
Desde la Red de Laboratorios de Mendoza y la Asociación de Bioquímicos, relataron que están perdiendo rentabilidad, al punto en que corren peligro la continuidad de muchos establecimientos.
En enero del 2018 la cotización del dólar en el Banco Nación era de $18,65, un año después se vendía a $38,60, y a la fecha supera los $43. En el mismo periodo de tiempo las obras sociales y prepagas aumentaron sus pagos entre un 15% y un 30%. La diferencia entre el aumento de costos y el pago que reciben por los servicios prestados debió ser absorbida por los dueños de los laboratorios que no tienen poder para ser formadores de precios, en su mayoría, propietarios de pymes locales.
Según explicó Gustavo Yapur, presidente de la Asociación de Bioquímicos de Mendoza (ABM), el valor del dólar tiene un peso en los costos "del 80% en los que se utilizan para realizar estudios de mayor complejidad, en los que tienen mayor participación la biología molecular, u hormonas, y de entre un 30% y un 50% en los más habituales como los necesarios para análisis de colesterol o glucemia".
La ABM tiene 150 laboratorios asociados en Capital y Gran Mendoza, y con los del resto de los departamentos hay cerca de 400 laboratorios para cubrir toda la provincia.
De acuerdo con Yapur los ingresos de los Laboratorios se han disminuido muchísimo, no solo por los componentes importados, sino que la inflación en general y las tarifas de los servicios públicos los perjudicaron igual que al resto de las Pymes. "Los aumentos no estuvieron acompañados con una actualización de los aranceles que abonan las prepagas y obras sociales que en muchos casos todavía no se cierran, y en el caso de la prestadora de los jubilados ronda el 10%", agregó.
Por su parte, Daniel Stagnoli, gerente de la Red de Laboratorios de Mendoza, remarcó además el peso que ha tenido el incremento del dólar en el costo de los equipos profesionales. "El instrumental también es importado y el valor del dólar se traduce directamente al costo de producción del servicio", comentó.
“Los pequeños laboratorios que no alcanzan a cubrir sus costos fijos han tenido que cerrar sus puertas. No se trata de un porcentaje muy grande (la Red de Laboratorios de Mendoza tiene 230 asociados), pero nos preocupa porque no vemos una solución a largo plazo”, explicó.
Las demoras de las obras sociales
Además, el sector debe tener en cuenta que los pagos se atrasarán entre 60 y 90 días, ya que según explicó Stagnoli, es lo que se tarda en completar un pago al trabajar con la seguridad social. Mientras transcurren esos plazos, en muchos laboratorios se acude a la financiación, debiéndose abonar tasas de mercado (40% en sociedades de garantías recíprocas y más del 60% en bancos).
"Nuestros recursos provienen de la seguridad social y el sistema no contempla estos vaivenes de la economía. Las obras sociales han aumentado las prestaciones en un 30% (máximo) o un 15% en un año y hay una brecha entre el recurso genuino y lo que nos cuesta a nosotros operativamente", explicó.
Los laboratorios están muy controlados y para mantener estándares de calidad, deben contar con personal altamente capacitado y obtener un seguro de mala praxis que sube los costos.