En noviembre de 2016 se destapó la olla de un escándalo que no tardó en convertirse en noticia mundial: el Caso Próvolo. A 112 días de aquel 26 de noviembre en que se conocieran los primeros detalles de abusos sexuales a chicos sordos que estudiaban y dormían en el instituto de Carrodilla (Luján de Cuyo), actualmente la causa tiene a más de 20 víctimas -todos denuncian haber sido abusados cuando eran menores de edad- y a 14 acusados. Dos sacerdotes y un ex jardinero fueron condenados finalmente a 45, 42 y 18 años de prisión.
Los dos sacerdotes (Horacio Corbacho y Nicola Corradi) y un ex jardinero, Armando Gómez, fueron sentenciados el pasado 25 de noviembre en una histórica jornada, cuyo resultado todavía no ha tenido la posición del papa Francisco, argentino y líder de la Iglesia Católica.
En un formato de documental audiovisual -desarrollado por Marcos García (cámara e edición) e Ignacio de la Rosa (producción periodística)-, Los Andes presentó cuatro entregas de "Víctimas del Próvolo". Un trabajo de investigación que incluye los testimonios de familiares y algunas víctimas de los abusos, así como también detalles sobre la causa y un recorrido por el interior del instituto del terror.
La sede ubicada en Boedo 385 permaneció cerrada e intervenida durante casi 2 años entre que la Justicia dispuso su clausura y hasta que lo compró la Municipalidad de Luján de Cuyo con la intención de trasladar el parque y centro cívico municipal al lugar (obras que y están en marcha y decisión que no cayó muy bien entre las víctimas y sus familiares). Una de las entregas de “Víctimas del Próvolo” incluye un recorrido por los pasillos y salas del instituto, incluyendo capillas y albergues.
También hay un apartado dedicado a la historia de un ex alumno, cuya madre denunció en 2008 tener la sospecha de que su hijo había sido abusado por Bordón. La mujer se presentó en el instituto para pedir explicaciones ante la situación, y también hizo la denuncia formal en la Justicia (aunque no prosperó). “Si se hubiese investigado en ese momento, quizás podrían haberse evitado más abusos”, coinciden madre e hijo.