El doblaje favorito ¿Síntoma de nuestras “nuevas” costumbres?

En Mendoza muchas multisalas casi han desterrado las copias en idioma original. Este hecho nos invitó a indagar el porqué.

El doblaje favorito ¿Síntoma de nuestras “nuevas” costumbres?
El doblaje favorito ¿Síntoma de nuestras “nuevas” costumbres?

En el último tiempo, hemos notado un fenómeno: de qué forma en las multisalas comerciales de Mendoza se está retirando (con paso lento pero seguro, parece ser) la oferta de películas subtituladas, un aspecto que es para muchos cinéfilos de suma importancia.

Se sabe que, entre escuchar doblajes (cuyos textos están deliberadamente manoseados para concordar con la imagen) y ver con subtítulos (donde caemos bajo la "traición" de la traducción, aunque con la chance de acceder a la interpretación completa de los actores) hay un abismo de diferencia. Y es un código entre cinéfilos el hecho de que ver una película implica, necesariamente, verla en idioma original.

¿A qué se deberá la mencionada retirada, entonces? Nos lo planteamos, aunque es imposible dar una respuesta aquí.

Varios testimonios apuntan factores de los más diversos: "Mayormente, las películas que vemos son las taquilleras. Como salimos en familia, vamos a ver las pelis dobladas, por el hecho de que tengo un hermano chiquito y que a mi mamá le cuesta leer.

Principalmente por esas razones pienso que se pueden tener esas preferencias", nos comentó Brenda Yamin (23), cliente regular de las multisalas, y después acotó: "Personalmente, prefiero en su idioma original, ya que el sonido se escucha mucho mejor y que muchas veces, al haber mucho ruido de fondo (explosiones, golpes, etcétera), se pueden opacar las voces. Además de que los actores usan acentos que, al doblarse la peli, se pierden". 

Nicolás Torrent (16, estudiante secudario), por su parte, comentó: "En mi caso depende de los actores que haya. Si son conocidos, la prefiero subtitulada. Porque si no, cuando se me repiten voces en diferentes actores, termino teniendo la imagen del otro. Me pasa mucho con la voz doblada de Will Smith. Al cine voy a ver películas infantiles, me gustan mucho. Y de súperhéroes y comedia". 

"Yo voy por lo general una o dos veces por semana. La verdad que no discrimino nada, veo todas las películas, pero por lo general busco las subtituladas, porque muchas veces cuando las doblás se les pierde la riqueza del lenguaje, se pierden las expresiones de los actores y la propuesta estética del director y sobre todo la propuesta estética de sonido", aclara a su vez Luciana Bertiz (26): "Por lo general he notado que hay menos versiones subtituladas. Quise ver 'Animales fantásticos' en Cinemacenter y solo tenía una proyección al día subtitulada". "Creo que la gente busca mucho también la comodidad, por eso se han hecho populares últimamente las series españolas, por ejemplo en Netflix", acotó.  

Pueden ser muchos los factores que llevan a una persona a elegir entre ambas opciones. Y los que eligen eventualmente una, tampoco necesariamente es lo que prefieran siempre.

Una larga costumbre

Tradicionalmente, Argentina ha consumido el cine de forma subtitulada. Tanto así, que hay quienes consideran que aquí se creó esta costumbre. Quizás porque nuestro país no vivió de cerca la pugna que tuvieron, al comienzo del cine sonoro, los creadores de películas con los países donde se distribuían: algunos prohibían que se vieran en lenguaje original, e incluso a veces los actores debían grabar su papel en más de una lengua con su voz. Esto era orgullo nacionalista, en tiempos donde los nacionalismos habían trizado el mundo. 

A esto se suma otro detalle. El español se habla, con muchas significativas variantes, en toda Iberoamérica, aunque los doblajes solían ser solo dos: el español de España (¿castizo?) y el latinoamericano (llamado neutro), que poco nos representa a los argentinos.

Así, las últimas generaciones de argentinos se habían habituado al subtitulado. Algunos habrán crecido con la verdadera voz sexy e ingenua de Marilyn Monroe y la impostación galante de Clark Gable, entre otros. 

Pero un día, desde hace más o menos una década atrás, la cosa empezó a cambiar. Hoy la oferta "doblada" no solo incluye películas infantiles (por razones obvias), sino también de acción, terror, dramas.

Muchas respuestas

En la actualidad los estudios de doblaje se han "descentralizado" y, además de México, nosotros también los hacemos (Chile también tiene una industria incipiente). Un hecho comprensible, si tenemos en cuenta la avalancha de contenidos streaming que se caracterizan por tener que ofrecer todas las opciones de consumo en línea.

Porque en este punto habría que abrir una digresión: Netflix es la principal plataforma que ha reconfigurado la industria del doblaje, destronando a México. Y el correlato es que, en 2017, tres de cada cuatro argentinos eligieron ver la serie "13 Reasons Why" doblada. Ese mismo año, en Argentina, se supo que un tercio de las horas de visualización en Argentina eran con subtítulos: que el 77% miraba "Friends" de esta manera (porque es una serie de culto), pero que "The Walking Dead" apenas convocaba al 32% de sus espectadores con la traducción al pie. El resto elige verla en español.

Ya en las salas de Mendoza, vimos que algunos cines muestran clara preferencia por el doblaje: así es en Village Cines, en los cines de los departamentos como el Cervantes (San Martín) y Ducal (Rivadavia). Otros, como Cinemacenter y especialmente Cinemark, suelen relegar esa opción para las funciones más nocturnas. El Cine Universidad, santuario de cinéfilos, prefiere estoicamente el subtitulado.

Y hay, finalmente, un factor clave, que es difícil de asir periodísticamente por lo complejo, pero que no podemos dejar de mencionar: ¿no será que la predilección por el doblaje se debe a la dificultad de leer fluidamente de muchas audiencias? 

Algunos detalles encienden la alarma de que este hecho puede ser el síntoma de una educación deficiente, como está sobradamente comprobado en Argentina. Pero podría ser síntoma de otras cosas: de la atrofia de la percepción, de la falta de refinamiento para entender una obra de arte o meramente la comodidad de sentarse y no tener ninguna exigencia por delante.

Incluso podría tener un fondo ligado con la partición de audiencias que hace la industria según su clase social. Por ejemplo: en Village de Recoleta (Buenos Aires) la oferta es unánimamente subtitulada; en las salas de Caballito, de la misma cadena, los doblajes crecen y crecen. 

El tiempo dirá cómo evoluciona esta predilección de las audiencias. Incluso quizás sea puro alarmismo, y el tema sea que hoy, como nunca antes en la historia, gracias a los datos podemos desmenuzar en detalle gustos que siempre han estado ahí.

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