La Reserva Natural Laguna del Diamante es uno de los sitios más encantadores de la provincia y sin embargo uno de los menos visitados. La mayoría de los mendocinos la tienen entre las visitas pendientes y genera una especie de añoranza cuando alguien la nombra pero pocos se le atreven.
Fue declarada Área Natural Protegida en el año 1994 y se accede a ella por la RN 40 hasta la localidad de Pareditas en San Carlos y luego debe empalmarse por la RP 98 hacia el oeste. El gran problema que obstaculiza la decisión de conocerla es su camino habilitado desde diciembre hasta principios de marzo en el mejor de los casos. Se puede ingresar desde las 7 hasta las 17 horas y la apertura se encuentra sujeta al estado climático por lo que es recomendable consultar previamente antes de realizar el viaje (reservalagunadeldiamante.blogspot.com.ar).
Si bien no hay ningún impedimento para ingresar con cualquier vehículo es preferible que sea uno relativamente alto con tracción de 4x4 o 4x2 porque la mitad del camino es tipo serrucho y de tierras ripiosas (50 kilómetros aproximadamente) hasta llegar al Puesto de Alvarado para ingresar a la reserva y posteriormente es empedrado, con piedras flojas y acantilados pronunciados que incitan a la aventura rally (otros 50 kilómetros). Asimismo, la adrenalina del camino es balanceada con el esplendor de la naturaleza apenas se pasa el puesto de los Guardaparques (donde cobran el ingreso de $70 cada dos personas y dan indicaciones de hábitat para preservar
la reserva).
Flor y Fauna
La naturaleza propone un esplendor de colores e imponente montaña que juega permanentemente con el camino junto a la flora y la fauna excepcional del lugar. En la Pampa de los Avestruces, las águilas merodean las cumbres de las montañas, mientras familias de guanacos transitan calmos y miran pasar los visitantes, como si supieran que son el emblema de la reserva.
La vida se abre paso entre rocas agregándole un tinte verde con vegas y mallines al predominante gris del lugar. Este fértil ecosistema es considerado "la Selva de Los Andes Áridos" dando asilo a las más diversas especies altoandinas. La zona cobija además vacas que
pastan a la vera de los arroyos, zorros colorados que se esconden de los humanos y cientos de aves como jilgueros, gansos silvestres, suris cordilleranos y cóndores entre otros fáciles de apreciar.
El camino sinuoso y el espectáculo de la naturaleza matizan las tres horas y media de viaje desde que se toma la huella dejando la Ruta 40, algo que vale totalmente la pena cuando el Volcán Maipo se luce como un galán imponente con nieves eternas sobre su manto oscuro y al pie como en un desmayo la Laguna del Diamante cristaliza una belleza inaudita de azul profundo. Es un cuadro natural para contemplar, sobre todo cuando el volcán se refleja en la laguna actuando como espejo y juntos forman la figura del diamante que le da el nombre a la reserva. Representan una de las principales manifestaciones volcánicas de la región cordillerana y su contenido hídrico es aportado por los deshielos dándole una profundidad de 70 metros que da origen al Río Diamante.
Agua pura
El espejo de agua contiene tres especies de truchas: marrones, frontanalis y arco iris que son las protagonistas de la atracción de aficionados pescadores ya que la sobrepoblación garantiza la pesca deportiva apta para el consumo y aunque se prohíbe el ingreso de todo tipo de navegación, se puede utilizar para pesca una especie de botecillo flotante, autorizado por guardaparques del lugar.
Asimismo, para pescar se debe gestionar un permiso en la Dirección de Recursos Naturales Renovables (ubicada en calle Boulogne Sur Mer s/n, Ciudad de Mendoza). El agua tiene una temperatura promedio de 12 grados que hace posible bañarse aunque el clima suele ser ventoso y frío. Asimismo, es recomendable llevar protección solar ya que la naturaleza agreste escasea de reparos y los servicios del lugar están sujetos a preservar el ecosistema, por lo tanto carece de luz eléctrica y existe un solo espacio destinado al acampe donde se puede usar sanitarios y encender el fuego para compartir un asado con la vista de la encantadora Laguna del Diamante. El Volcán Maipo con una altitud de 5323 metros siempre está a la espera de los amantes del trekking que se animan a abordarlo. Pese a su imponencia, el ascenso es accesible para los menos entrenados aunque es recomendable consultar a los guardaparques del lugar según las condiciones climáticas. La fotografía y el avisaje son las actividades complementarias además de la reflexión a la que invitan estas 192.000 hectáreas de exhausta naturaleza en que los humanos somos invitados y como tales es nuestro deber respetar a los anfitriones para preservar un mundo mejor.