La fugaz presencia de Prince en la Argentina se concretó el 21 de enero de 1991 cuando, en la segunda jornada del Festival Rock & Pop que dicha emisora radial organizó en el estadio de River Plate, el músico actuó ante unos escasos 25.000 espectadores.
La rutilante presencia del artista que por entonces ejercía una notable influencia en la escena musical mundial y tenía en la Argentina a dos seguidores como Charly García (en tiempos de "Clics modernos", de 1983) y Fito Páez (en los discos "Ciudad de pobres corazones", de 1987, y "Ey!", de 1988), que no disimulaban esos influjos.
Dueño de una inspirada manera de asumir la transgresión a la hora de visitar y transformar sonidos, Prince también ejerció esos modos al momento de ese único show porteño donde tocó exactos 77 minutos, el tiempo que marcaba el contrato que había firmado para su participación en el festival. Lo breve de la presentación no disimuló lo contundente y notable de la performance que desde el piano, la guitarra y la voz compartió con el guitarrista Levi Seacer, la cantante y tecladista Rosie Gaines y el baterista Michael Bland.
Dos referentes locales como Luis Alberto Spinetta y Charly García confesaron entonces la magnitud del impacto de ver a Prince en el país. El Flaco sostuvo que "Prince es un músico avanzado. Pude comprobarlo en la prueba de sonido, sin una persona en el estadio, y me volví loco. Quizá a mucha gente se le haga incomprensible su música, pero a mí me deslumbró".
El líder de Sui Generis y Seru Girán, por su parte, señaló que la visita de Prince "me parece un milagro. Para mí no fue un show corto, si seguía me desmayaba", remató.