Armado Carrillo Fuentes, "Señor de los cielos" y fundador del temible Cartel de Juárez, vivió en Mendoza durante un par de días y allá por marzo de 1997, cuando llegó a acompañado por su esposa y sus hijos, custodiado por una docena de guardaespaldas.
Su historia es la de un narcotrafincante misterioso que comenzó su carrera criminal desde bien abajo, pesando bolsas de marihuana para un tío que luego la comercializaba en Chihuahua, al norte de México.
Poco a poco y gracias a su capacidad para construir lazos y negocios, para acordar con las organizaciones rivales llegó, en unos pocos años, a ser el capo narco más poderoso de México. Era un hombre discreto y regordete, de bigote fino y cara de mariachi, amante de las mujeres y los autos de lujo, a quien todos llamaban el 'Señor de los Cielos' por ser dueño de una enorme flota de aviones, que usaba para introducir cocaína cocaína en los Estados Unidos.
Su vida transcurrió en medio de la leyenda y en aquellos años 90, la policía no sabía su edad y solo tenía una vieja foto suya. Recién con su muerte se conoció parte de su historia.
En diciembre de 1993, tras la muerte del jefe del Cartel de Medellín, el colombiano Pablo Escobar, los narcotraficantes mexicanos comenzaron a ganar terreno y de ser simples mandaderos de los cargamentos de droga, pasaron a ser los jefes del negocio. Así surgieron con fuerza los carteles del narcotráfico mexicanos: el del Golfo, el de Sinaloa, el de Tijuana y el más poderoso, el de Juárez al mando del "Señor de los Cielos".
La agencia antidroga estadounidense (DEA) calcula que Amado Carrillo Fuentes llegó a ganar más de 200 millones de dólares por semana y que introdujo cinco veces más cocaína en Estados Unidos, que cualquier otro traficante.
Carrillo destinaba el 10% de lo que ganaba a pagar sobornos (a tal punto que el gobierno mexicano llegó a admitir que el 80% de la policía no era de fiar), pero a fines de 1996 fueron descubiertos una serie de contactos suyos dentro del ejército, lo que lo dejó mal parado y con poca protección. Fue entonces que el jefe de Juárez decidió radicarse un tiempo en América del Sur, más precisamente en Chile.
Por las calles de Mendoza
Su lugarteniente, Manuel de Jesús Bitar Tafich, fue el encargado de elegirle domicilio y también de aconsejarle ingresar a Chile por tierra, a través de Mendoza, para evitar el riguroso control aéreo del aeropuerto trasandino. Así fue que a comienzos de marzo de 1997 y con documentos falsos a nombre de Juan A. Arriaga Rangel, el Señor de los Cielos aterrizó en Ezeiza acompañado por su esposa, sus hijos y una docena de guardaespaldas.
Dos días después Amado Carrillo Fuentes llegó a Mendoza en un avión de línea que aterrizó en El Plumerillo, aunque una versión sostiene que para evitar una segunda e innecesaria inspección de papeles en un nuevo aeropuerto, viajó en auto y entró por Desaguadero.
Junto a su familia, el hombre recorrió vidrieras del centro de Mendoza, cenó en una parrillada y pasó la noche en un hotel de la ciudad. Al otro día cruzó la frontera sin problemas.
También viajaron con él, el asesor económico del grupo Eduardo González Quirarte y el médico colombiano Arturo Reyes Rincón, todos con nombres falsos.
Amado Carrillo alquiló una mansión en Santiago y dos departamentos en Viña del Mar; compró un auto blindado y también otros once vehículos, entre ellos seis Mercedes Benz, dos Porsche y tres BMW.
En junio del mismo año, Amado Carrillo viajó a Cuba para realizarse una cirugía, con la idea de cambiar su rostro, pero la estética finalmente se hizo en México, aunque el “Señor de los Cielos” no salió con vida de la operación.
La versión oficial dice que Amado Carrillo falleció el 4 de julio de 1997 en una clínica privada de México, durante una cirugía estética para cambiarle el rostro. La operación duró más de ocho horas, pero Amado Carrillo se despertó con dolores y le aplicaron un sedante que le causó la muerte. Sin embargo, hay quien especula con que Amado está vivo y logró engañar a la DEA con el cadáver de un primo al que se le extrajeron pruebas de ADN.
El médico encargado de la operación fue asesinado a los pocos días.