Mientras la mayoría festejaba la llegada de la primavera, otros celebraban el legendario arribo de Brad Pitt. Fueron casi cuatro meses de euforia aquellos de 1996, cuando el famoso actor estuvo en Mendoza para filmar "Siete años en el Tíbet", película dirigida por Jean-Jacques Annaud. Y no estaba solo: la actriz Gwyneth Paltrow, pareja en esa época, lo acompañaba.
El filme, estrenado en 1997, retomaba las experiencias de vida del alpinista austríaco Heinrich Harrer, quien justo iniciaba una expedición en la cadena del Himalaya en nombre de la Alemania nazi durante el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Según las crónicas de la época, Brad había arribado el 18 de septiembre de 1996 al aeropuerto de Eeiza para luego partir en un avión privado hacia Mendoza.
Y como no podía ser de otra manera, Uspallata fue el escenario elegido para recrear el Tíbet de los años '40. Una crónica de Los Andes del 23 de septiembre de 1996 destacaba:
"Los habitantes de Uspallata aseguran que la conmoción generada por la película Siete días en el Tíbet, se vive fuera de la villa y no dentro de ella. Pero a pesar de la tranquilidad con la que viven los lugareños, basta darse una vueltita por el valle, para comprobar que el ambiente está bastante revolucionado. No era común ver meses atrás a grupos de monjes tibetanos paseando por el lugar, ni tampoco tratar de entenderse a gente que sólo habla inglés y que se transporta en lujosas camionetas a alta velocidad".
Claro que semejante producción estadounidense (tuvo 70 millones de dólares de presupuesto) despertó, también, expectativa para los trabajadores locales. Se estima que el equipo dejó 20 millones de dólares en la región.
"Los habitantes de Uspallata dicen estar muy contentos con la película, ya que ha generado una importante cantidad de trabajo en diversos rubros, como albañilería y carpintería entre otros. La capacidad hotelera se encuentra cubierta en su totalidad e incluso muchos residentes del lugar han alquilado sus casas a la producción de la película", continuaba la nota de hace 23 años publicada por este diario, que siguió de cerca cada paso del rodaje.
"Los novios más célebres del cine están en Mendoza" rezaba el titular de Los Andes cuando pudo acceder a fotografías exclusivas del actor y de la actriz quienes, por ejemplo, compartieron pantalla en la recordada "Seven" (1995), de David Fincher.
Los fotógrafos y periodistas captaron a Brad el 22 de septiembre de 1996, mientras él trotaba en los prados de Uspallata, previo a su retorno a la residencia en El Cortijo, Chacras de Coria. Hasta allí, Brad y Gwyneth llegaron de la mano, aunque seguían manteniéndose ocultos del ojo mundano.
En medio de un fuerte operativo de seguridad, Los Andes pudo detallar el primer día de rodaje de Brad Pitt y David Thewlis. El 30 de septiembre, el día empezó a las 6 de la mañana, cuando despertó Brad junto a su novia Gwyneth en la remodelada casa del jefe del RIM 16, que había sido reacondicionada especialmente para los días que pasó en Uspallata.
A las 7, ingresó a la sala de maquillaje, donde le hicieron una buena base de protector solar, porque la noche anterior Annaud había recibido la información de que el sol sería implacable durante la jornada.
Su novia se quedó hasta el mediodía en la casa, cuando los custodios de Brad la fueron a buscar. La partida debió demorarse más de media hora, ya que el chofer de la camioneta, en su desesperado intento de evitar a la prensa, se bajó del vehículo, dejó el motor en marcha, las llaves adentro y trabó las cuatro puertas. Partieron hacia el set luego que fueran socorridos por un cerrajero de la zona.
Pero la superestrella no se limitó solamente a la quietud de la Alta Montaña, sino que se animó a irrumpir en un gimnasio llamado "Bushido", ubicado en Cobos al 1.597, de Dorrego (Guaymallén). Fue tal la euforia de su visita, que debió cruzar la medianera de una casa vecina para huir del acoso de los fanáticos que colmaron la cuadra.
"No sabía que era tan famoso en este país", había expresado al llegar a Argentina, en sintonía a ese clásico tono de humildad que adoptan los famosos.
Fernando Miguel Martín tenía 19 años cuando pasó de ser un simple mortal a ser Brad Pitt. O al menos, el doble en cámara. Tenía el cabello rubio -acorde al look en la película-, medía casi 1,80 metros y era del mismo signo zodiacal que el actor.
Posaba delante de cámaras con el mismo vestuario de Brad para ahorrar tiempo en la filmación. "¿Tuviste que aprender a moverte como lo hace Pitt?" fue la pregunta que Los Andes le hizo al tímido doble. Y él, sin ruborizarse, sentenció: "No, porque dicen que camino casi igual que él".
Después de permanecer más de cuatro meses en Mendoza, filmando buena parte de las escenas protagonizadas por Brad, el director francés mudó todo su equipo de trabajo a La Plata, capital bonaerense donde terminó la "gira" de rodaje por Argentina.
Los números de Hollywood en Mendoza:
- Se llegaron a emplear 937 personas en un solo día.
- Se trajeron a Mendoza 413 extranjeros, 58 monjes tibetanos y 12 yaks.
- Hubo 100% de ocupación hotelera en Uspallata durante 70 días y en el hotel Ayelén de Los Penitentes.
- Se utilizaron 3 hoteles en Mendoza al 50% entre noviembre y primera quincena de enero. También en Potrerillos y San Martín.