Finalmente llegó el día y hoy vuelve a tocar el Indio Solari en San Martín; en el parque Agnesi ya hay unos 4.000 fanáticos acampando a la espera de que en la tarde se abran las puertas de ingreso al autódromo, donde el ex líder de los Redondos despedirá el año con un recital muy esperado por su público, que según los cálculos previos de la organización sumará unas 45.000 personas.
Carlos Solari llegó a Mendoza el jueves a las 13.30, y tal como ocurrió el año pasado, lo hizo en un vuelo privado que aterrizó en la pista de la IV Brigada Aérea; el hombre bajó de la nave de buen humor, se sacó fotos con alguna gente y después se subió a una camioneta que salió disparada por Acceso Norte en dirección al sur.
Algunas de ese puñado de fotos que retratararon la llegada del Indio a Mendoza se viralizaron rápidamente a través de las redes sociales.
Mientras tanto, y a unos cincuenta kilómetros de allí, en San Martín el escenario quedó montado a mitad de semana sobre el circuito del autódromo local y a unos 800 metros al norte de donde se ubica el grueso de las carpas. Para ingresar al recital, hoy la gente deberá pasar por al menos cuatro controles, todos ellos ubicados en la lateral oeste del parque.
En las últimas horas los músicos que acompañan a Solari hicieron pruebas de sonido para dejar los instrumentos a punto y aunque se escuchó potente la voz del Indio, la mayoría de la gente en el parque entendió que se trataba de una grabación, y sólo un puñado de desinformados creyó que el cantante había pasado temprano por el Este.
"Yo lo ví, al Indio lo saco de lejos y te juro que lo vi sobre el escenario", contó Juan, que vino con su novia desde Córdoba y fue imposible hacerle entender que Solari no estuvo ni jueves ni viernes por el autódromo.
Aquellos que vayan a viajar desde el Gran Mendoza, pueden tomar un colectivo en la terminal del Sol; el pasaje ida y vuelta cuesta $40 y los viajes arrancan a las 9 desde el ala sur. La entrada sale $500 y aquellos que aún no la tengan pueden comprarla antes de entrar al recital.
La comunidad ricotera que desde hace días vive en carpas en el parque Agnesi atrae a decenas de vendedores que ofrecen de todo, y aunque lo que más sale es el vino, el fernet y la cerveza, también hay ofertas de sanguches, lechones asados, choris y hasta pastas, sin contar con los centenares de remeras impresas con la cara del Indio y la fecha del recital de esta noche.
Carpas por todos lados en un enorme acampe solidario de 4.000 almas que hoy son muchas más y que con el paso de los minutos sigue creciendo; también hay banderas y trapos reflejando el sentimiento ricotero de la gente, que viene de todas partes, de Chile y de Uruguay incluso, como es el caso de Gastón, que tiene 36 y que hace tres meses reservó una habitación en un hotel de San Martín, aunque solo usa la pieza para dormir.
"Para dormir prefiero una cama, pero en estos días previos al recital me gusta estar con los pibes en el acampe", dice.
Hay un fuerte operativo policial aunque en realidad no se nota, porque la mayor parte de las 1.400 personas de seguridad están de civil y el grueso de la policía realiza controles viales en ruta 7 y en la 50, que son los caminos que llevan al parque.
"Este es mi cuarto recital del Indio y a los Redondos los vi una decena de veces, así es que tengo experiencia como para opinar", dice Marcos (42) que llegó desde Olavarría en una Ford 100 y completa: "Lo que te quiero decir es que en Mendoza nos han tratado mejor que en ningún lado; vine el año pasado y volví ahora porque acá hay espacio suficiente para acampar, para hacer amigos y lo mejor es que tenés al escenario al toque".
Cerca de allí, una parrilla sobre el piso de tierra humea un asado casi a punto y más allá, y por todos lados, la gente lo pasa bien con muy poco, a la espera de que el Indio salga al escenario y él desde arriba y el público abajo, den forma a la misa de fin de año.