El día del gol olímpico

El día del gol olímpico

Durante unos cuantos años el reglamento no convalidaba un remate que entraba al arco de forma directa enviado desde el córner o, en castellano puro, de saque de esquina, pero un buen día la norma se modificó y una tarde de 1924 el puntero argentino Cesáreo Onzari convirtió el primer olímpico reconocido como tal.

Del hito de marras se cumplen hoy 92 años: fue en la cancha de Sportivo Barracas a los 15 minutos de un partido amistoso entre los seleccionados de la Argentina y Uruguay.

¿Y por qué gol olímpico? Porque se celebraba la medalla dorada ganada por el representativo oriental en los recientes Juegos Olímpicos de París y asimismo se estrenaba el cerco perimetral de alambre entrelazado.

O sea: el mismo episodio dio lugar a dos definiciones que constan en el glosario futbolero: "gol olímpico" y "alambrado olímpico".

En realidad, según el historiador Jorge Gallego el primer gol directo de tiro de esquina se hizo efectivo el 21 de agosto de 1924 y correspondió al escocés Billy Aston en un partido de segunda división, pero la comunidad futbolística da por comprobado y legitimado que el gol de Onzari selló a fuego la denominación de "olímpico".

Nacido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en febrero de 1903 y fallecido el 7 de enero de 1964, Onzari se desempeñó como puntero izquierdo de Huracán de Parque de los Patricios.

Curiosamente no fue un goleador ni mucho menos, pero en la Selección Nacional anotó la nada despreciable cifra de cinco tantos en 14 partidos y de ellos uno de carácter histórico: el 2 de octubre de 1924, en el porteño barrio de Barracas, cuando ejecutó un disparo desde el sector izquierdo y la pelota se cerró de tal modo que se introdujo en el arco ante la perpleja mirada de Mazzali, el arquero uruguayo.

El juez no hesitó en convalidar la conquista, pero a muchos de los 30 mil espectadores que se habían dado cita en el estadio de Sportivo Barracas se les cruzó por la cabeza la posibilidad de que no subiría al marcador, toda vez que hasta no hacía mucho el reglamento desautorizaba el gol a través de un remate directo desde el cuarto de círculo.

La anotación de Onzari fue una de las tres de ese partido que al cabo se llevarían los argentinos por 2-1.

Este tipo de conquista, hoy prácticamente en vías de extinción, tuvo en la Argentina algunos cultores destacados, como por ejemplo el español Antonio García Ameijenda, ex San Lorenzo de Almagro y Estudiantes de La Plata, entre otros, y sobre todo el santafesino Daniel Vicente Arico, que con la camiseta de Rosario Central en el Torneo Nacional de 1973 consumó tres goles olímpicos en el lapso de 16 días: a Belgrano de Córdoba, Atlético Tucumán y Chaco For Ever.

(En la historia de los Mundiales, por caso, se registra un solo gol olímpico, honor que corresponde al colombiano Marcos Coll, que el 3 de junio de 1962, en el Estadio Carlos Dittborn de la ciudad de Arica, Chile, batió al arquero de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el mismísimo Ley Yashin).

En efecto, hoy se cumplen 92 años del primer gol olímpico, tanto o más célebre que el que en 1914 había convertido el español Ramón Unzaga Asla en el estadio El Morro del puerto de Talcahuano, Chile.

Unzaga Asla fue el precursor del gol consumado con ese acrobático movimiento que se da en llamar "chilena", justamente en honor al gentilicio de su autor, español de nacimiento y trasandino por adopción.

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