“Estamos en una situación difícil en AFA. Si fuera una empresa estaríamos quebrados”, dijo hace poco el mandamás de Belgrano, Armando Pérez, uno de los que se rumorea, se presentaría en las elecciones para ocupar el sillón presidencial del fútbol argentino.
Y de ese pensamiento se desprende que los últimos ejercicios en los cuales se quiso imponer eficiencia en la conducción a través de aquella polémica frase “AFA rica, clubes pobres” y que llevó a muchos a hablar de una fortuna desparramada en bancos del mundo, en la actualidad poco -o nada- hay de eso, por lo que hasta se piensa en riesgos de una intervención de la Justicia para tratar de enderezar el barco.
Según un escrito al que accedió Diario Popular, redactado por Matías Lammens y Daniel Angelici antes de asumir interinamente la tesorería y la secretaría de AFA, se habla que el pasivo de AFA asciende a 2 mil millones de pesos. De ese total la mitad es déficit que tienen los clubes con quien los organiza, por tanto, ambos dirigentes se pusieron firmes con el objetivo de entregar a la futura conducción, una entidad saneada.
Y en ese informe de los titulares de San Lorenzo y Boca, hay puntos básicos a cumplir hasta el día de los comicios (29/06): “Equilibrio financiero”, “Revalorización de la marca AFA”, “Transparencia y equidad” y “Federalismo”. El tercer punto es el más conflictivo y marca la quita del 30% de los ingresos de los clubes para saldar sus deudas con AFA y el Estado.
El rojo que duele
Popular también hace mención a que la millonada que los clubes le deben a la AFA tienen la particularidad que casi la mitad se la reparten cinco: Independiente (100 millones), Argentinos (98), Banfield (85), Quilmes (80) y Lanús (75), casualmente todos ligados a la gestión del fallecido Julio Grondona (2014) y que ahora sostienen a Luis Segura en la presidencia.
Mientras que en la B Nacional, los más morosos son All Boys y Chacarita, con 34 millones cada uno, y a los que les costará seguir funcionando con el descuento de sus ingresos. El caso más emblemático es el de El Provenir que debe 10 millones y cobra 390 mil por año de TV por lo que para saldar su deuda tardará 91 años.
No solamente la deuda complica a AFA sino el dinero físico que no tiene. Cuando Lammens y Angelici asumieron había seis cuentas bancarias: cinco estaban con cero peso y una con un descubierto de 20 millones. Al darse cuenta de esa situación fueron a buscar el dinero de FTP ya que según los registros faltaba pagar la cuota de diciembre a los clubes. Y se encontraron con otro panorama. El Gobierno había pagado los 140 millones y esa cifra era historia.
Hay cosas raras
Para Lammens-Angelici se trata de un panorama desalentador ya que, por ejemplo, del contrato que AFA tiene con Adidas de 16 millones de euros fue cobrado por lo que no hay ingresos previstos de esa marca, al menos, hasta julio. Desde entonces todo dependerá del flamante titular afista. Encima hay otro tema.
En la empresa alemana dicen que hubo sondeos para que Argentina luzca la indumentaria de otra marca: Nike. Esto explotó cuando en el último viaje que hizo Marcelo Tinelli con la Selección por Europa se enteró que la firma germana habría tenido que pagar cuotas extras para renegociar un vínculo que caducará en 2022.
En la revisión de números y cuentas, Lammens y Angelici se encontraron con una erogación de gastos que los espantó. En AFA aún se siguen utilizando tarjetas de créditos corporativas y muchas de las extensiones no pertenecerían a empleados de la entidad. En febrero llegó a la AFA un saldo de 40 millones de pesos de gastos de tarjeta.
La plata de AFA siempre se manejó como un negocio de barrio y los gastos desmedidos encuentran casos como las vallas que se utilizan en los partidos de la Selección por las que se paga un 40 % más que cualquier otra entidad. Ese gasto excesivo también le cabe a Segura, que tiene tres secretarios. Además del suyo personal, se sumó a Damián Lupelliet, dirigente de Ituzaingó, y a Gonzalo Lema, ex secretario de hacienda de Argentinos.
Pero para mayor sorpresa, según cuenta el matutino porteño, también sigue en funciones Miguel Silva, reemplazado por Angelici pero como éste tiene demasiadas obligaciones con su club, él sigue trabajando para AFA. Este caso irregular hace que los egresos ordinarios mensuales estén alrededor de los 24 millones de pesos. Es decir que la AFA para funcionar, necesita $288 millones al año.
Más grave de lo pensado
La situación con la que se encontraron Lammens y Angelici es penosa. El documento al que accedió Popular marca entre los puntos la “separación del personal investigado por corrupción” ya que encontraron facturas de personas que no trabajan en Viamonte, remises que tienen siempre un mismo destino, Sarandí, compras hechas en ese barrio y asesores que cobran pero no asesoran.
A la crisis la sufre hasta el diariero
La deuda de AFA, que tendrá un impacto directo en lo cotidiano, afecta en múltiples direcciones el futuro de los futbolistas y clubes, lo que le abre las puertas a soluciones empresariales que pueden marcar el final del fútbol argentino tal cual se conoce.
Los números rojos, son concretos. A los proveedores, se les debe 40 millones de pesos y muchos dejaron de prestar servicios y eso planteó desafíos para quienes se ocupan del césped de las canchas en Ezeiza donde entrenan los seleccionados nacionales. Los tractores con que cortan el pasto un día se quedaron sin nafta porque la estación de servicios en la que compraban combustible les cortó la cuenta corriente.
La cocina del predio funciona todos los días: los juveniles almuerzan allí, al igual que el cuerpo técnico y los trabajadores que desarrollan sus tareas en el complejo. El mes pasado, sin crédito en el Mercado Central, la cocina hizo sus propios mandados a comercios minoristas y achicó el número de comensales.
De la falta de pagos no se salvó ni el diariero, que dejó de alcanzar los paquetes con los matutinos cuando sumó $20 mil impagos. El rubro gráfico tiene otro ítem: la revista que mensualmente editaba AFA está frenada porque Artes Gráficas Buschi, la imprenta a la que la encargan, no recibió el último pago y se niega a darle crédito.
Suma hasta el chiquillaje. Todos vieron el papelón de la asamblea de 2015 cuando por votos duplicado no se pudo elegir presidente; pues bien, los futuros papelones no tendrán difusión porque el equipo que los transmitía dejó de hacerlo por falta de pago, al igual que el fotógrafo que aún da vuelta por los pasillos de Viamonte por tres facturas impagas.