Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
Todos teníamos claro que el grave problema de la inflación en Argentina estaba dado por el desborde del gasto público. Y en ese desborde había un rubro que se destacaba y era el de los subsidios de las tarifas de los servicios públicos, que no se actualizaban desde 2001.
Estaba claro que cualquier candidato que ganara debería eliminar subsidios y diferían con la gradualidad que lo harían.
El gobierno de Mauricio Macri comenzó con la electricidad, y el impacto fue superior en el área metropolitana (AMBA) que en el interior ya que el gobierno de Cristina Kirchner actualizó tarifas en el interior pero no lo hizo en la zona bonaerense por temor a las quejas. Lo mismo ocurrió con el transporte público, donde se duplicó el precio del boleto de colectivo y del tren.
El problema era atender a gente de menores recursos que podía sentir un impacto mayor y así surgieron las "tarifas sociales”.
Es que había muchos usuarios de buen poder adquisitivo y grandes consumos que se escudaban en los pobres para disfrutar de la tarifa subsidiada.
Ahora, con la tarifa del gas, el problema ha sido superior y ya hay jueces, tomando funciones del Ejecutivo, que quieren determinar, con criterios subjetivos, cuál debería ser el nivel de la tarifa y suspenden los aumentos, beneficiando a los grandes consumidores que, nuevamente se esconden detrás de los pobres.
Es real que hay atender situaciones puntuales, pero no todos los argentinos son indigentes ni pueden pretender que se les siga regalando el gas, que hay que importarlo por el desborde del consumo.
Además, se beneficia con dineros públicos a quienes tienen redes de gas en perjuicio de los que no tienen y deben recurrir a garrafas, por más que su precio se haya congelado.
Todos deben tener en cuenta que lo que nos se paga en tarifas, se termina pagando con inflación y, de esta manera, lo que se pierde es mucho más que el costo del gas o de la luz. Es necesario ordenar pero, sobre todo, actuar con racionalidad. Pero parece que la adicción a la inflación y a los servicios regalados se impone por sobre la lógica.
Esperemos que todos hagan su aporte para que se pueda recuperar la situación. El gas deberá pagarse al precio que vale. Algunos podrán justificar su situación para gozar de algún beneficio pero, si no lo hacemos, el país es inviable. No se podrá importar más gas y el frío será mayor.