Derivar 2.254 millones de pesos en los primeros ocho meses del año -lo que significa una suma de 9 millones de pesos por día- para la "difusión" de los actos de Gobierno y el “Fútbol para Todos”, son actos desmesurados e indignantes en un país donde las necesidades básicas de la población, como la educación, la salud, la vivienda y la seguridad no se cumplen en sus mínimas exigencias, en la gran mayoría de los casos por falta de presupuesto.
Hay un hecho cierto. El Gobierno tiene la obligación de dar a conocer sus acciones y para ello cuenta con el Boletín Oficial para concretarla.
Pero lo criticable radica en que lo que está haciendo el Poder Ejecutivo nacional no es publicidad sino una propaganda desmedida, en muchos de los casos con críticas veladas -y también directas- hacia quienes no comparten las acciones que lleva a cabo.
De acuerdo con un informe conocido días pasados, en lo que va de 2014 el Gobierno nacional ya ejecutó el 83% del presupuesto que había fijado para el rubro prensa y difusión de los actos de gobierno y para Fútbol para Todos.
En publicidad oficial se había previsto una partida inicial de 958 millones de pesos y en el curso del año, sin pasar por el Congreso, la partida fue ampliada en 310 millones, por lo que, a fin de agosto, el gasto devengado era ya de 1.052 millones de pesos.
En el caso de Fútbol para Todos, el presupuesto votado por el Congreso fue de 1.410 millones de pesos, pero luego fue ampliado en 37 millones más.
Sin embargo, como aún restan algo más de tres meses del año, se estima que las cifras crecerán aún más y debe tenerse en cuenta también que en los valores señalados no figuran los gasto en publicidad y propaganda de algunos organismos, como es el caso de la Anses, que tiene asignados para este año 530 millones de pesos.
El caso de Fútbol para Todos merece una consideración especial porque desde que se inició el programa oficial para la televisación de los partidos de fútbol, los argentinos hemos pagado 5.335 millones de pesos, con el agravante de que en el interior del país, como es el caso de Mendoza, quienes aportamos no podemos ver todos los partidos, porque parte de los canales que los transmiten "por aire" no llegan a la provincia.
Además, en oportunidad de ponerse en funcionamiento el sistema se indicó que el Gobierno derivaría dinero a la Asociación del Fútbol Argentino para que ese organismo concurriera en ayuda de los clubes más necesitados.
Sin embargo, de acuerdo con una denuncia de la legisladora Graciela Ocaña, tomada por la jueza Servini de Cubría para realizar un allanamiento a la AFA, hay una diferencia entre los 1.530 millones que salieron del Estado y los 900 millones que habrían ingresado al organismo rector del fútbol.
Lo cierto y lo concreto es que en ese lustro, el Gobierno utilizó 1.503.975 segundos en televisión para la publicidad-propaganda de sus actos.
Por otra parte, en oportunidad de realizar el anuncio desde el Poder Ejecutivo se indicó que la intención era llegar a los sectores de menores recursos que antes debían esperar hasta las 22 de cada domingo para ver por televisión abierta los goles de la jornada, aunque después la titular de las Madres de Plaza de Mayo aseguró que el propio Néstor Kirchner había manifestado que el objetivo principal era "hacer política".
Como para muestra sólo basta un botón, cabría recordar que en 2010 Néstor Kirchner decidió que se cerrara el ingreso de otra publicidad que no fuera de la Presidencia de la Nación, al ver en FPT un aviso del gobierno bonaerense.
Todo indica que el Gobierno nacional tiene la intención de continuar con esa política de gasto público estéril, profundizando el objetivo de intentar imponer una realidad que no existe, mientras ha destinado un presupuesto anual de sólo 258 millones de pesos a la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, de los cuales sólo ha ejecutado un tercio del total; que hay programas vinculados a educación o salud, con niveles de ejecución por debajo del 40% o, como denunció el diputado nacional Carlos Mac Allister, gasta en Fútbol Para Todos el doble de lo que destina a programas contra las adicciones, lo que determina que las prioridades del Gobierno no pasan por cubrir las necesidades de la población.
