Con los números cerrados del 2019 y al computar ingresos extraordinarios (que ya no habrá en 2020), las cuentas fiscales finalizaron con un déficit primario (antes del pago de los intereses de la deuda) de $ 95.121 millones, equivalentes a 0,4% del PBI. Así surge de los datos oficiales actualizados, difundidos esta tarde por la Secretaría de Hacienda, a cargo de Raúl Rigo.
De esta manera, el año pasado terminó con el resultado fiscal en línea con lo pactado con el Fondo Monetario Internacional: si bien en un inicio la meta era lograr el equilibrio primario, luego se incorporaron los “gastos permitidos” por lo que se podría cerrar en 0,5% del PBI.
Al contabilizar los intereses de la deuda, el déficit se abulta para llegar a un financiero de $ 819.406,9 millones que, medido en términos del PBI, representa 3,8 puntos porcentuales (pp). “La profundización del déficit financiero se debe a que en 2019 se pagaron $ 724.285,3 millones en concepto de intereses de la deuda, que aumentaron en un 86,2% de manera interanual, y representaron el 18,4% de los ingresos totales del Sector Público Nacional”, se detalló en el comunicado oficial.
La gestión de Martín Guzmán en Economía diferenció en los ingresos a los extraordinarios y contabilizó que estos superaron los $ 113.000 millones en 2019. De esta manera, sin sumarlos el país habría terminado con un déficit primario de $ 208.766,7 millones, es decir, de 1 punto del PBI, mientras que el financiero se hubiera sido de $ 933.052, un 4,28% del producto.
Entre los ingresos extraordinarios destacaron tres rubros: por un lado, los recursos que se hicieron por ventas de activos fijos por parte de empresas públicas, por unos $ 44.595,5 millones, por la cesión de Aguada del Chañar a YPF, y las ventas de las represas Barragán y Brigadier López. Además agregan las transferencias por parte del Fondo de Garantía de Sostenibilidad a la ANSeS con destino al financiamiento del Programa de Reparación Histórica por $ 64.236 millones.
También cuentan el traspaso de Lotería Nacional a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires ($ 4813,6 millones), registrado como ingresos corrientes. Según pudo saber El Cronista, la nueva gestión que desembarcó en el Palacio de Hacienda desde el 10 de diciembre no evalúa introducir cambios metodológicos en la contabilidad pública que recibió de la administración de Cambiemos. A su vez las planillas Excel (conocidas como IMIG, que detallan cada uno de los rubros) van a seguir existiendo.
Cuando se analiza la evolución de los ingresos y los gastos, los recursos en 2019 ascendieron a $ 3,9 billones, una suba de 51,4% interanual. No obstante, sin los “extra”, el ritmo de aumento habría sido de 44%. A su vez, de los tributarios sobresalieron las retenciones, con una suba interanual de 304%, e IVA neto de reintegros, con un aumento del 38,4%.
“Particularmente estos ingresos incluyen situaciones que influyeron positivamente en la recaudación total del año 2019”, explicitan desde Economía. Y mencionan que “se materializó un adelantamiento de los derechos de exportación por $ 52.233 millones en 2019”, lo que mejoró la recaudación del año pasado y empeoró la del 2020.
Otro aspecto es que en el IVA “se retrasaron los reintegros, por lo que se dejó para 2020 pendientes devoluciones por $ 6492,4 millones correspondientes a 2019”.
Economía diferenció en los ingresos a los extraordinarios y contabilizó que estos superaron los $ 113.000 millones en 2019. De esta manera, sin sumarlos el país habría terminado con un déficit primario de $ 208.766,7 millones, es decir, de 1 punto del PBI.
El gasto primario ascendió a $ 4 billones, una suba de 37,2% interanual, es decir, por debajo de la inflación. Las prestaciones de la seguridad social tuvieron un crecimiento del 44,5% interanual entre las que se destacan las asignaciones familiares (con una suba de 40,9%) y las jubilaciones y pensiones contributivas (44,5%), “ambas con decrecimiento en términos reales”, destacan en el comunicado oficial.
Con el freno de la obra pública, el gasto de capital tuvo un incremento de sólo 12,4% interanual en 2019, por debajo de la inflación. “Sobresalieron las variaciones negativas en educación (-36,2%), vivienda (-12,9%) y energía (-9,5%), mientras que transporte (+55,7%) y agua potable y alcantarillado (+28,8%) registraron porcentajes positivos”, detallaron. Resaltaron también que en 2019 “se evidenció un aumento de la deuda exigible con respecto a 2018”.
De acuerdo al registro que difundieron, este incremento fue de $ 93.165,3 millones, que está explicado por la diferencia entre el stock correspondiente a 2019 ($ 282.349,8 millones) y el del 2018, por $ 189.184,5 millones. De esta manera, el gobierno del Frente de Todos busca enmarcar cuál es el estado de situación que recibe de las cuentas fiscales y detalla que si se tomaran en consideración los ingresos extras, las retenciones y los retrasos en los reintegros del IVA, además de la suba de la deuda exigible, el déficit primario alcanza los $ 360.657,4 millones, equivalentes a 1,66% del PBI, mientras que el financiero aumenta a -$1.084.942,7 millones, es decir 5% del producto.