El Gobierno se fijó para este año que el déficit fiscal primario no sobrepase el 4,2% del PBI, equivalente a $ 409.500 millones. Y como van los números tanto de ingresos como de gastos, esa meta sería cumplible. Pero las cosas cambian cuando se incluyen los pagos de intereses de la deuda, el sector más expansivo del gasto. En abril el peso de los intereses fue decisivo porque sumaron $ 30.348 millones, un 391% más que lo pagado un año atrás.
Sin contar los intereses de la deuda, el déficit primario de abril fue $ 18.664 millones, pero saltó a $ 49.012 millones al sumar los intereses.
Si se consideran los 4 primeros meses del año, el déficit primario de $ 60.007 millones casi se duplica a $ 119.649 millones por la cuenta de intereses que crecieron un 140%. Así, la mitad del déficit del primer cuatrimestre se explica por los intereses que sumaron $ 59.642 millones.
Un dato no menor es que Economía no incluye los intereses que el Tesoro paga a otros organismos del sector público, y que entre enero y abril de este año sumaron $ 21.575 millones frente a los $ 13.672 millones de un año atrás. El argumento oficial es que, en el consolidado, el gasto de Tesoro se compensa con el ingreso del resto de los organismos públicos, fundamentalmente la Anses.
Otro factor que influyó en el período fue el ingreso extraordinario o por única vez del blanqueo y, del lado del gasto, los aumentos de tarifas que redujeron la cuenta de subsidios. Aún así, hasta abril el rojo fiscal total aumentó un 47%, unos 20 puntos por encima de la inflación.
La consultora LCG puntualiza que "sumando la carga de intereses ($ 30.000 millones), el rojo financiero de abril fue de $ 49.000 millones, casi 3 veces más que en abril 2016. Así, en el último mes recayeron los intereses de los bonos emitidos para pagar a los holdouts y de los títulos a tasa fija emitidos en octubre del año pasado. La carga de los próximos dos meses también será elevada aunque no a causa de deuda nueva".
Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), señala que "los intereses de deuda recuperaron participación en el gasto en el último bienio. Si nos retrotraemos a la historia reciente, los intereses de deuda lograron su máxima participación en el gasto total en 2001 (22,2% de todo el gasto), luego bajaron considerablemente su participación, que entre 2002 y 2009 fue del 10% en promedio, y entre 2010 y 2015 se redujo al 7% promedio. En los últimos años se aprecia que los intereses representaron un 7,8% del gasto total en 2015 y un 8,6% en 2016".
Argañaraz agrega que "la recuperación de la importancia de la partida intereses de deuda se aprecia también cuando se los considera como porcentaje del PIB: del 3,8% del PIB que representó su máximo reciente (año 2001), se habían estabilizado en un promedio del 1,5% del PIB entre 2003 y 2014. Ya en 2015 mostraron una suba significativa, pasando a representar el 2,1% del PIB, mientras que en 2016 alcanzaron 2,3% del PIB. Se espera asimismo que en 2017 vuelvan a crecer en importancia y representen el 2,5% del PIB".
La consultora Ecolatina señala que "durante el gobierno anterior el déficit primario adquirió una dinámica creciente. Pero a contramano de lo que suele suceder en estos casos, la carga de intereses del sector público se mantuvo relativamente constante durante este período: mientras que entre 2011 y 2015 el rojo primario aumentó más de tres puntos porcentuales en términos del PBI, los intereses pagados netos intra-sector público se mantuvieron en el orden del 1,2% del PBI en el período". Eso pasó porque el gobierno anterior financió "el rojo fiscal a través del uso de ‘cajas especiales’, como la estatización de las AFJP y, fundamentalmente, con emisión monetaria (asistencia del BCRA al Tesoro)".
Con el cambio de gobierno, el financiamiento del rojo fiscal se realiza vía emisión de deuda que genera lógicamente un mayor peso de los intereses. Ecolatina señala que "además de los intereses por la nueva deuda emitida, el gobierno actual debe asumir el costo de la eliminación de las distorsiones del financiamiento de la gestión anterior, esto es la reducción de la inflación. Los esfuerzos del BCRA por esterilizar el excedente de liquidez de la economía (en el último gobierno kirchnerista, la base monetaria aumentó un punto porcentual en términos del PBI y quedó latente una alta emisión por pérdidas del dólar futuro) derivaron en un importante aumento de la deuda en manos del Central y un fuerte aumento del pago de intereses".
Así las cosas, si al déficit primario del sector público nacional del año pasado se le suman el pago de intereses neto intra-sector público y el resultado cuasifiscal del BCRA, el rojo global del sector público habría sido de 7,6% del PBI, trepando 1,3 puntos porcentuales respecto de 2015. "Y para el año en curso, aunque el gobierno nacional logre acotar el déficit primario, si a sumamos el pago de intereses de la deuda y el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, el rojo tocaría 8% PBI". Eso es, casi el doble de la meta de déficit primario.
El problema adicional es que semejante déficit se cubre con endeudamiento que genera más intereses, retroalimentando el desequilibrio fiscal.
En tanto que LCG reconoce que "el problema se traslada a 2018, cuando la meta de déficit primario de 3,2% PBI se vuelve mucho más exigente. Corrigiendo el déficit primario de 2017 por los factores antes mencionados(blanqueo), el punto de partida para el año que viene es un rojo primario de 5,2% PBI, lo que demandaría un ajuste de 2% PBI para cumplir el compromiso. La mitad del gasto primario cuenta con movilidad propia (seguridad social), por lo que la demanda de ajuste se hará más intensa sobre el resto de los componentes del gasto".