El debate, buen avance institucional

Con mucha expectativa, los argentinos esperan la realización del debate preelectoral de los dos candidatos al balotaje presidencial.

El debate, buen avance institucional

La convocatoria de esta noche, además, tiene la trascendencia de que ambos contendientes no mostraron ningún reparo con respecto a la participación. Ya había sido sumamente trascendente el debate previo a las generales del 25 de octubre, en el que debatieron cinco de los seis competidores presidenciales.

Pero la ausencia del representante del oficialismo, hoy sí presente, y alguna reticencia de los medios de radio y televisión para la transmisión en vivo del evento, conspiraron bastante contra el efecto deseado de los organizadores: crear un ámbito de discusión neutral en el que todos los postulantes puedan llegar a la población con sus propuestas y sus discrepancias políticas y metodológicas. No obstante, a pesar de estas dificultades, aquel primer debate tuvo una amplísima repercusión pública que es de esperar ahora se multiplique.

Sumándose a la expectativa por la cita de hoy, la Iglesia católica una vez más se expidió sobre la situación real de varios millones de argentinos y sobre la calidad de debate que cabe esperar en esta oportunidad. A través de la Comisión de Pastoral Social y al cabo de una semana de deliberaciones del Episcopado, se pidió concretamente a Daniel Scioli y a Mauricio Macri que expongan "con claridad" qué políticas van a ejecutar para "combatir la inflación, la pobreza, la desnutrición infantil y el narcotráfico".

En el comunicado difundido, los obispos señalaron que los candidatos presidenciales que participan del balotaje del 22 “deberían estar atentos a las preocupaciones de la gente y exponer con claridad qué políticas públicas instrumentarán para hacer frente a esos flagelos que afectan a un elevadísimo porcentaje de la población”.

También incursionaron los referentes de la Iglesia de nuestro país en el aspecto menos deseado de la actual campaña, la llamada guerra "sucia", al señalar que si bien ha resultado muy positivo que tanto Scioli como Macri hayan podido "ampliar" sus ideas y propuestas en varios programas de televisión, es cuestionable que "en algunas oportunidades hayan caído en la agresión".

Esta presencia de los obispos argentinos, en la antesala del debate previo a la segunda vuelta electoral, compromete muy seriamente a los participantes del mismo, por cuanto interpretan, una vez más, producto del constante peregrinar de la Iglesia por todos los rincones del país, la necesidad que tiene la gente de no recibir más visitas de políticos sólo en caso de convocatorias electorales y de escuchar propuestas que sirven nada más que para captar votos, pero que con el tiempo pasan a ser un nuevo desencanto.

Por dicha razón el debate de esta noche debe servir como punto de partida para la consolidación de los valores institucionales que dan sustento a la República. Es de esperar que esta práctica, puesta en marcha previo a las elecciones generales del 25 de octubre y ratificada fuertemente esta noche, también sea el punto de partida para una metodología del debate de ideas y propuestas que pase a ser una constante entre los argentinos, sin necesitar de ninguna ley que la obligue.

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