Cualquiera de nosotros debería salir a pedir prestadas un par de vidas más para experimentar todo lo que a él ha vivido en tan sólo 22 meses. Cómo una nueva versión adaptada del Curioso caso de Benjamin Button, relato de F. Scott Fitzgerald dónde el protagonista disfruta de sus mejores momentos de “grande”, Sebastián Torrico parece estar dispuesto a seguir sumando más vivencias y avisa una vez más que se está preparando para tener unos 10 años más de carrera en Primera División.
“Mi objetivo es llegar hasta los 42 o 43 años, pero tengo que cuidarme para poder jugar en un club de primer nivel hasta esa edad. Ahora tengo 34, así que mínimo me gustaría jugar unos 8 o 9 años más, je”. Entonces, advierte que “físicamente hay que evitar los excesos, cuidarse en la alimentación y mantener la conducta y la disciplina. También hay que ver cómo trabaja la cabeza, cómo se manejan las presiones, si hay ganar de ir a entrenar o no. Ahora, por ejemplo, en este momento que estoy pasando, si tuviera 42 o 43, podría hacerlo perfectamente porque me siento a pleno y con muchas ganas de seguir aprendiendo. Eso me mantiene motivado”.
Pero, ¿es posible seguir mejorando luego de tantos años de carrera? “Sí, es posible si uno se lo propone. No lo resolvés y adoptás con tanta facilidad cómo cuando sos chico, pero con repetición podés mejorar técnicamente. A mí, por ejemplo, me enseñaron de grande los gestos técnicos. Tenía 28 años y estaba en Argentinos. Esa fue una desventaja que tuve desde chico. Se puede mejorar y crecer”.
Desde el pasado 15 de Abril de 2013, cuando pasó de Godoy Cruz a San Lorenzo, el Cóndor se ha cansado de escribir páginas exitosas, y no sólo del plano deportivo. La atractiva vorágine lo lleva a confesar que ha sumado más kilómetros de viaje sólo en el 2014, que en toda su vida. “Es verdad, no exagerás cuando lo planteas así. También es cierto que emparejé un poco en el 2013 con el viaje a Roma para conocer al Papa. Pero en el 2014, tuve toda la Copa Libertadores, fuimos a jugar a Milán y después a Marruecos. Ahora, el 2015 arrancó acá en EE.UU., que también es muy lindo”.
En el lobby del hotel Sofitel, la cercanía al aeropuerto de Miami le da clima a la charla viajera. “Si me pongo a ver, son 10 días de viaje, por 20 de descanso, por otros 10 de viaje de nuevo. El 2014 tuvo muchos viajes y este lo empezamos igual. Sólo espero que tengamos el mismo éxito que el año anterior, je. Este es un club que lo merece. Siempre te exige dar todo para estar al máximo nivel”.
Luego de tantos viajes, las postales se empiezan a agolpar en la memoria y Sebastián aún se emociona con la visita a Francisco I, que en su ránking personal de los grandes momentos tiene el número 1. “Es lo más importante porque no se si volverá a repetir. Después viene la Libertadores. Consagrarse con un club que tanto la ansiaba, que tanto la esperaba, la da otra importancia a ese momento. Y en el tercer lugar, incluyo la participación en el Mundial de Clubes”.
Una vez más, el arquero recuerda aquel encuentro en el Vaticano: “sentí fue una emoción tremenda. Apenas lo vi, se me erizó la piel, pero al mismo momento también me transmitió una gran humildad, alegría y paz. Estuve 35 minutos con él y a medida que van pasando los años, creo que va tomando más valor todavía por el sólo hecho de todo lo que disfruté ahí. En el día a día no lo dimensionás tanto, pero va pasando el tiempo y va tomando valor y decís: ¿cuándo lo podré volver a ver al Papa o a tenerlo mano a mano?. Que me reciba de esa manera, que me identifique, creo que son de las cosas que no tienen precio".
Ya todos saben cómo terminó la participación de San Lorenzo en el Mundial de Clubes frente al Real Madrid, pero muy pocos de nosotros sabemos que se siente cuando se llega a una instancia así, en el primer nivel y con frente a esos ‘monstruos’ del fútbol mundial.
"Más que nada sentí alegría. En los días previos, me acordaba mucho del camino recorrido... De todo lo que me costó llegar a ese lugar, los entrenamientos en Mendoza, las horas extras, cuando jugaba en Talleres, en la Liga Mendocina, en Godoy Cruz. El paso por Argentinos, la vuelta al Tomba, todos los amigos, los compañeros que tuve, la familia. Se te vienen todas esas emociones juntas a la cabeza. Creo que todo el grupo estaba a pleno con esos sentimientos porque sabíamos que era una oportunidad única. Cuando estás ahí, te dicen que trates de disfrutarlo… Pero uno se autoexige tanto, porque uno va a ganar el partido, que cuesta disfrutarlo realmente".
Torrico aclaró que ellos sabían que el Mundial no iba a ser fácil.
“El primer objetivo era ganar la semifinal porque se hablaba mucho sobre que teníamos que golear a los neocelandeses, pero el fútbol de hoy es cada vez más parejo. Le ganamos a un rival muy duro, que jugaba bien y que tenía claro a qué jugaba. Después con el Real, teníamos que hacer un partido inteligente y perfecto porque sabíamos el potencial que tienen. Para nosotros era el partido que había qué jugar y si hacíamos las cosas bien, no iba a ver tanta diferencia entre ambos equipos cómo se decía en la previa”.
Al preguntarle si todas esas emociones de la previa no les jugó una mala pasada al momento de entrar en acción, el futbolista nacido en Luján de Cuyo, consideró: “Quizás sí. Puede ser que hayamos sentido eso en el primer partido. Fue cuando nos sentimos más atados, con más presión. Creo que ahí veníamos con la ansiedad de saber que era la primera vez que san Lorenzo jugaba ese torneo. Pero en el segundo jugamos más sueltos. No se dio el resultado, pero creo que esos sentimientos los terminás de transferir en la cancha. Lo podés hacer bien o mal, pero dejás todo porque sabés que la oportunidad es única”.
El ya histórico número 12 cuervo asegura que la realidad ha superado al sueño que alguna vez lo desveló. “Si lo hubiera soñado así cómo lo estoy viviendo ahora, no creo que hubiera sido tan perfecto. Por eso, prefiero quedarme con el presente antes que con el sueño, porque en San Lorenzo he tenido la suerte de poder disfrutar de muchas alegrías que siempre había buscado, pero que nos había vivido. Siempre traté de ir paso a paso y haciendo las cosas con bajo perfil. Soy una agradecido a la oportunidad que me dio este club, por la forma en que me recibieron, por la gente que conocí y el apoyo que me brindan siempre. Ya me siento identificado con San Lorenzo y me dan ganas de quedarme por mucho tiempo”.
Te llevo en la piel para siempre
La pregunta más difícil para Sebastián Torrico es cuando le piden que se autodefina porque no forma parte de su perfil llamar la atención o hablar de él. "Creo que soy un tipo de barrio, tranquilo, que tiene los objetivos claros en la cabeza. Siempre traté de trabajar e ir por derecha para mejorar y hacer las cosas bien en la vida. Creo que todas las cosas que he vivido, han sido el premio a ese esfuerzo".
Pero en un club como San Lorenzo, con hinchas tan pasionales, el reconocimiento o el cariño se pueden expresar de formas inesperadas.
“Lo que más me sorprendió fue un chico que se tatuó mi apellido y el número 12 en su brazo. Te sorprende mucho que hagan cosas así, pero sabemos que el hincha de San Lorenzo es muy pasional. También supe de otros hinchas que se tatuaron en la espalda la formación del equipo que salió campeón”.
Torrico ya había sido advertido por este hincha sobre el tattoo. “Me lo había cruzado antes en la cancha y me había dicho: Seba si salimos campeones de la Libertadores, yo me voy a tatuar tu apellido. En ese momento, no creía que fuera a cumplir… Tampoco sabíamos si íbamos a salir campeones, je. Al tiempo cayó al club y me lo mostró. Yo le dije que estaba loco. ¡Cómo te vas a hacer eso! Pero me dijo que tenía que cumplir la promesa y que además lo sentía así. Fue el gesto que me más sorprendió y además me dijo palabras muy lindas en ese momento”.
El ex Tomba admite que las conquistas recientes le han permitido entrar al corazón del hincha de San Lorenzo, una devolución que recibe en el día a día.
“Es mutuo el cariño y siempre me lo dicen, me agradecen el campeonato y fundamentalmente la Copa Libertadores. Uno se va dando cuenta que quedó en la historia. Creo que cuando arranque otra versión de la Copa y vayan pasando los años, nos vamos a dar cuenta que fue muy importante lo que se logró. A uno lo motiva ser parte de la historia de este club y le dan más ganas de trabajar para poder seguir haciendo historia”.