El cura Nicola Corradi, "personaje" central en la investigación de los abusos sexuales en el instituto Próvolo, ahora sumará imputaciones por la causa de La Plata, ya que en la sede que el colegio tenía en esa ciudad se ha ordenado su detención. Será trasladado a Buenos Aires en los próximos días.
El expediente que instruye la fiscal de La Plata Cecilia Corfield tuvo en las últimas horas el avance más importante, al resolver los arrestos de Corradi, del sacerdote Eliseo José Pirmati-actualmente está Italia-y de un hombre que trabajó en esa escuela. Estos hombres son los primeros detenidos de este caso, que se abrió luego de conocerse los hechos en Mendoza.
Desde el juzgado de La Plata ya se mandó el exhorto para tramitar el traslado de Corradí, que se encuentra en nuestra provincia con prisión domiciliaria, a la espera de ser juzgado. El religioso italiano viajará y será imputado por ocho abusos, tres simples y cinco con acceso carnal, todos agravados por su condición de guardador. Además se lo acusará por corrupción de menores, agravada por ser las víctimas menores a 13 años.
Cuando el sindicado conozca los nuevos delitos que le endilgan tendrá la posibilidad de declarar si así lo cree conveniente. Estos nuevos hechos no cambiarán sustancialmente la situación del sospechoso, que luego volverá a Mendoza para seguir con la prisión domiciliaria. Sí más adelante deberá enfrentar otro juicio.
En el caso del cura que está en Italia se pidió su extradición, para que sea sometido al mismo proceso. Este hombre tiene 82 años, y se le imputarían delitos similares a los de Corradi, al igual que al empleado, el tercer detenido. Este último si quedaría con prisión efectiva.
Por la institución de La Plata pasó también Horacio Corbacho, el otro cura preso en Mendoza, pero en Buenos Aires no convivió con los alumnos. Sus visitas eran esporádicas y ninguna de las víctima lo señaló.
La justicia platense investiga abusos sexuales que ocurrieron en el Próvolo entre 1980 y 1990, tiempo en el que asistieron unos 250 chicos sordomudos. Los pesquisas pudieron constatar 11 víctimas, y por el momento creen que no habría más acusados, ya que muchos de los sacerdotes de aquellos años han muerto.
En Mendoza las víctimas son más de 20 y hay 14 imputados-curas, monjas, directivos y empleados- que esperan el juicio. Aquí ya hubo una condena, la del monaguillo Jorge Bordón que recibió 10 años en un juicio abreviado.