El cuento del millonario y el mendigo

A River le bastó una ráfaga de su aceitado funcionamiento (Mora marcó dos goles en 5 minutos) para firmar su pasaje a Octavos de Final, donde enfrentará a Libertad de Paraguay. El pobre Tomba no levanta cabeza, y el domingo recibe a Tigre.

El cuento del millonario y el mendigo
El cuento del millonario y el mendigo

La diferencia estuvo en lo que son. River es la historia, la chapa, el mejor equipo del momento, posee la regularidad del trabajo. Es un campeón jerarquizado, potenciado a su máxima expresión. En cambio, a Godoy Cruz todavía le cuesta ser un equipo. Es inocente, livianito, defiende muy mal y perdona en el área de enfrente.

Era previsible desde el momento en el que perdió al técnico y a todas sus figuras. Trajo futbolistas de poco vuelo y está pagando las consecuencias. Niveló para abajo. ¿Resultado? Despilfarró la Copa Argentina en el primer mano a mano, no encuentra el rumbo en el torneo de Primera División y no dio la talla en la competencia internacional (¡con lo que cuesta clasificar!).

La serie terminó siendo de fácil resolución para River. Quizá más de lo pensado. Aunque en los ciento ochenta minutos jugados entre el Malvinas y el Monumental no se haya evidenciado una superioridad tan marcada como aquel 4-0 que el Millo le propinó en la tercera fecha del torneo, a River le sobró con una ráfaga de iluminación de sus estrellas. Acá y allá.

El equipo del Muñeco no tuvo que someterse a un gran desgaste. Es más, el gasto lo hizo el Tomba, que hasta el primer gol de Mora había logrado superar el comienzo altanero que impuso River en los primeros minutos de la noche.

Sin embargo el Tomba, que paulatinamente se fue acomodando en la cancha y encontró espacios a las espaldas de los volantes, volvió a perdonar. Como en la ida en Mendoza, como ante Defensa y San Lorenzo, no supo aprovechar su momento. Y lo pagó caro. Porque en la primera de cambio, del otro lado, River no tuvo piedad.

Y pasa lógicamente por una cuestión de jerarquía, de peso individual. Mientras en el área de River, González y Fernández se equivocaron en la definición, Mora pasó por caja en la del Tomba (Teo asistió en medio de Jerez Silva y Burgos que se hicieron un nudo). Y en la siguiente, tampoco sacó el gatillo del arma. Mora tomó el rebote tras el remate de ‘Piscu’ en el palo y a otra cosa.

La serie estaba 3-0. Inalcanzable para este Godoy Cruz irresoluto, de vuelo bajo y falto de confianza. A tal punto anda negado el equipo de Mayor que dos minutos después del segundo grito de Mora, Tito Ramírez tuvo un mano a mano que definió sin convicción y tapó Barovero, y otro cabezazo de pique al suelo que se fue apenas desviado.

Lejos de rendirse a los pies del campeón, el Expreso salió en el complemento a vender cara la derrota. No bajó los brazos. Fue por el descuento. Pero no pudo. La suerte (esa a la que a veces hay que ayudarla) tampoco estuvo de su lado. Y de contra, esta vez River perdonó, Moyano evitó una goleada y el pitazo de Laverni dictaminó la cruda realidad. Si River es el Millonario, este Tomba es el mendigo.

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