El consumo de vino baja y las bebidas con más alcohol ganan terreno

En los últimos 10 años, la compra de amargos, fernet y vodka se cuadruplicó, mientras la de ron creció 385%. En cambio, la adquisición de vinos se contrajo 20%, más allá de que esta categoría concentra el 34% del mercado de bebidas alcohólicas, del que la

El consumo de vino baja y las bebidas con más alcohol ganan terreno
El consumo de vino baja y las bebidas con más alcohol ganan terreno

Desde hace unos años los hábitos de consumo han cambiado, no sólo entre el público más joven sino también entre las mujeres y hombres que venían con una cierta conducta de ingesta de bebidas alcohólicas. En este sentido, el análisis realizado por la consultora Abeceb es más que descriptivo.

En los últimos diez años, el consumo per cápita de vinos se contrajo 20%, pasando de 29,53 litros en 2004 a 23,62 litros en 2014. Sin embargo, en este mismo período, la preferencia por la cerveza creció 22%, continuando con el aumento en amargos, bitter y fernet de 255%.

Cabe aclarar que los vinos y las cervezas dominan fuertemente el consumo de bebidas alcohólicas de los argentinos, explicando más del 96% del share total.

De este modo, las bebidas que más crecen están lejos de alcanzar el consumo per cápita anual que tienen los productos recién mencionados. Y es que de amargos, bitter y fernet sólo se consume 1,28 litros per cápita anual, mientras que de ron es de 0,05 litro y de vodka 0,11 litro, muchísimo menos que el de cerveza, que es de 43,63 litros.

En el caso de los vinos, la tendencia negativa prevaleció hasta 2010, en beneficio de la cerveza. Entre 2011 y 2014 se observó un leve repunte. “Esto se debió a que la perdida competitividad de los vinos en el mercado externo derivó en una mayor oferta en el mercado local y a una baja en los precios relativos, incentivando el consumo”, señalan en el informe.

Según indica el trabajo, entre 2004 y 2014 el consumo de bebidas alcohólicas aumentó alrededor de 17,2%, pasando de 25,1 millones de hectolitros a casi 29,4 millones de hectolitros en 2014. Cabe destacar que en ese último año se observó una reducción del 2,8% en el consumo de bebidas, producto de la caída del poder adquisitivo que afectó, fundamentalmente, a las ventas de vino, licores y aperitivos.

En este sentido, debido a la menor actividad económica, “se espera que 2015 muestre una nueva reducción en el consumo total de bebidas alcohólicas, aunque en todos los casos la misma sería menor a la observada en 2014. De hecho, en los primeros dos meses de 2015, datos provisorios del INV dan cuenta de un aumento del 3,4% en el consumo de vinos”.

Frente a la disminución que proyectan durante 2015, Carolina Schuff, coordinadora de Análisis Sectorial de Abeceb, explicó: “Las familias replantean su canasta de consumo. Prefieren productos de primera necesidad versus aquellos que no lo son. De este modo, observamos un dinamismo mayor en la elección de las bebidas en el consumo interno”.

Por otro lado, con respecto al aumento en consumo de bebidas tales como el fernet, así como otras con mayor graduación alcohólica, desde la consultora indicaron que se debe a un posicionamiento de productos impulsado por el marketing que éstas realizan, llegando a su público objetivo.

Además de los cambios de hábitos recién expuestos desde la consultora, Sergio Colombo, del Fondo Vitivinícola de Argentina, agregó que también hay cambios de preferencias en la categoría vinos.

“Hay mayor consumo de tintos por sobre los blancos, los varietales son más elegidos que los genéricos. El tetra sigue cayendo frente a unas preferencias cada vez más específicas y sofisticadas. Además, observamos cómo los jóvenes y las mujeres son los que llevan la posta. El desafío de la industria es amplio y es momento de empezar a analizar todas estas tendencias”, detalló Colombo.

Por su parte, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, coincidió y remarcó que aquellos vinos de menos de 25 pesos -que es donde entran los tetra brik- son los que compiten con bebidas sustitutas como son las aguas saborizadas, gaseosas y cervezas. Sin embargo, en aquellos productos que tienen un valor superior la competencia es con la misma categoría vinos.

Los no varietales siguen copando el mercado 
A pesar de que el consumo se sofistica, cerca de tres cuartas partes del consumo de vinos se concentra en el segmento de vinos no varietales. En cambio, los varietales representan apenas el 20% del consumo. No obstante, Carolina Schuff señaló que su participación se ha mantenido relativamente constante en los últimos años.

Por otro lado, indicó otra tendencia, y es que si bien los espumantes representan una proporción menor del total, en los últimos años se observa un fuerte crecimiento en el consumo, duplicando su participación entre 2009 y 2014, en desmedro de los vinos “sin mención varietal”.

Sobre esto, Juan Carlos Pina indicó que la única categoría que ha logrado innovar ha sido el espumante, que en los últimos años ha visto crecer su demanda y romper la estacionalidad que lo caracterizaba. Para el gerente de Bodegas de Argentina, lo que ha logrado esta categoría es un fiel reflejo de lo que el sector de vinos tranquilos debería hacer.

“Hoy -continuó Pina- podemos encontrar espumantes saborizados, dulces, rosados, que proyectan diversidad de ocasiones de consumo, que impulsan a beberlo con frutas, en envases pequeños y grandes. Todo esto ha llegado y se ha visto reflejado en los números”.

Las gaseosas ganan terreno 
El consumo de gaseosas creció sensiblemente en la última década, pasando de 28,86 millones de hectolitros en 2004 a 42,20 millones en 2014 (+46,2%). En promedio, cada habitante consume un total de 100 litros anuales de gaseosa. El mayor incremento se observó entre 2004 y 2008.

Tras una fuerte caída en 2009, el consumo de gaseosas se recuperó creciendo a una tasa promedio anual del 4,1% entre 2010 y 2013. Sin embargo, en 2014 se observó una caída de alrededor del 2,5% en las ventas. La misma se debió a la pérdida de poder adquisitivo de la población y al menor nivel de actividad.

Se espera que este año se produzca una nueva reducción en el consumo de gaseosas, aunque la misma sería algo inferior a la observada durante 2014.

Según pudo detallar Carolina Schuff, coordinadora de Análisis Sectorial de Abeceb, el aumento de estos productos frente a las bebidas alcohólicas se debe a que hoy los consumidores están más enfocados a una vida saludable, que implica hacer más deporte, comer sano y esto acompañarlo con bebidas light y sin alcohol.

Esto implica también el cambio de consumo que Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, señala, frente a la pérdida que tiene el vino.

“Antes, los argentinos dormíamos siesta. Volvíamos a nuestra casa, almorzábamos en familia, se tomaba un vaso de vino, solo o con soda, se dormía y luego se volvía a trabajar. Ahora, cada vez se almuerza más en el trabajo o en algún lugar cerca, se come liviano para continuar con las labores, y estos platos acompañados de una bebida no alcohólica”, puntualizó Pina.

Además, hay un punto más que agregó el gerente de Bodegas y es que el vino está ausente -por decisión propia- en los lugares de gran concurrencia de gente, como son los patios de comidas de shopping e hipermercados. “Acá, el consumidor no tiene opciones, no hay vinos pequeños, no hay vino por copa, no hay vino. Entonces, se termina eligiendo gaseosas o cervezas”, precisó.

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