Durante el tercer trimestre de 2019 se produjo una caída en el consumo de lácteos en Mendoza del 18%. Los datos corresponden a información proporcionada por la consultora Kantar a una de las mayores empresas de ventas de lácteos del país.
El mayor impacto lo tuvieron los yogures (-30%), seguidos por los "quesos al peso" (-26%), los "quesos blancos" y las "leches blancas", que se vendieron en un 16% por debajo de los volúmenes comercializados durante el tercer trimestre de 2018. De hecho, todas las categorías cayeron, a excepción del dulce de leche (mejoró 4%) y los quesos fundidos (7%).
Según explicaron comerciantes del sector, la causa principal de la caída fue el aumento de precios. Es que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) a nivel país el litro de leche entera subió en un año casi un 60%, pasando de $ 30,66 a $ 46,97. En tanto, los quesos cremosos, el pategrás y el sardo subieron hasta un 90%, al igual que los precios de la manteca, el yogur firme y el de la leche en polvo (800 gramos). El dulce de leche, por su parte, trepó 75,15%.
Causa de los incrementos
Los sucesivos aumentos de los lácteos implican para las cadenas de venta un tema a tratar con mucho cuidado. Si bien reciben precios con aumentos que deben trasladar al público, reconocieron a Los Andes que es un tema de mucha sensibilidad social.
La caída en las ventas de la leche líquida, por ejemplo, demuestra que algunas familias dejaron de comprar, redujeron su consumo, o debieron trasladarse a otros puntos de venta, como fábricas o tambos. Por ello, prefirieron mantener la reserva de las fuentes al momento de explicar los motivos de por qué los precios subieron y las ventas bajaron.
"Entre junio y agosto los principales jugadores tuvieron problemas de producción láctea y elaboraron subproductos en menor cantidad (como manteca y queso). Eso se tradujo a precios. Además, los valores se habían retrasado hasta octubre de 2018 y este año concentraron gran parte de esa recuperación. Por eso se generó una variación interanual en leches y sus derivados considerablemente más alta que otros productos", explicaron.
A la menor producción se le sumó otro factor que explica la suba en precios, y es que algunos operadores aumentaron sus exportaciones por la ventaja competitiva. Gran parte se comprometió a leche en polvo, generando una compresión mayor en el mercado.
Segundas marcas
En abril de este año se produjeron los aumentos más marcados en la categoría, de acuerdo con el Indec en la región Cuyo, productos como el queso cremoso mostraron aumentos del 15,5%, el pategrás del 12,3% y el sardo un 13,8%, mientras que la manteca aumentó en aproximadamente un 10% su precio de venta al público.
Sin embargo, los consumidores rechazaron el incremento sobre todo en las primeras marcas y optó por un traslado a productos sustitutos o similares de otras firmas, pero con precios inferiores. De acuerdo con Rubén David, uno de los propietarios del mayorista Oscar David, durante los dos últimos meses se han visto disminuciones de precios en los productos de venta masiva.
"Los quesos duros no han bajado mucho, pero en el resto se nota la diferencia. Los precios se fueron muy arriba durante la primera mitad de año y luego tuvieron que reacomodarse, sobre todo en las segundas marcas", señaló el empresario.
De acuerdo con David se notó un traspaso directo de las ventas hacia las segundas marcas, en donde pueden encontrarse productos similares a mitad de precio, como sucede con los yogures firmes.
En tanto que sí se produjo una caída los productos "con algún valor agregado", como yogures con lentejas de chocolate o flanes light. Los hábitos de muchas familias se vieron modificados y en lugar de comprar productos en presentaciones individuales hoy prefieren las compras por litro (en yogures y postres), o dejaron de comprar el queso de rallar en trozo (llegó a valer $1.000 por kilo) para optar por menor cantidad y en sobres.
"La gente dejó de consumir en algún momento por el valor, el litro de yogur, por ejemplo llegó a valer $100, el consumo disminuyó, pero hoy está recuperándose en donde las segundas marcas pueden ofrecer precios mucho más bajos", explicó David.
Directo del tambo
El aumento de los precios impulsó un fenómeno que se había visto en épocas anteriores en la provincia, y fue que creció la venta directa al público desde fábrica, e incluso desde el tambo. Según explicó Leonardo Guercio, propietario del tambo que lleva su nombre, el incremento en la demanda los obligó a hacer inversiones para adaptarse a las nuevas exigencias.
"Mantuvimos los preciso y la venta se sostuvo", explicó Guercio y señaló que diariamente venden mil litros de leche al público, además de lo que venden a heladerías (en donde sí notó una merma en los pedidos) y a empresas como Yogurlac.
Recientemente el empresario tuvo que invertir $500.000 en un pasteurizador y actualmente está trabajando para poder incorporar el equipamiento necesario para fraccionar y envasar adecuadamente el producto, a fin de cubrir con los requerimientos bromatológicos.
"Aproximadamente cada 15 días tenemos inspecciones sorpresas y el producto es apto, pero nos han pedido que no vendamos en los bidones que trae la gente, pero nosotros le explicamos a los inspectores de la provincia que la gente no puede pagar los $35 que significa comprar un bidón cada vez que vienen a comprar", señaló Guercio.
El tambo actualmente tiene precios inferiores a los del mercado ($28 por litro), pero el empresario señaló que muchas veces "la gente no está acostumbrada a consumir la leche natural" (con mayor tenor graso y sin pasar por el proceso de filtrado a presión con el que se la homogeneiza).
Lo mismo sucede en los quesos, que se venden frescos. "El kilo de rallar está a $330 por kilo y a $280 por kilo, por horma, pero lo vendemos fresco, y el cremoso está a 190 por kilo por trozo y a $180 por kilo por horma", agregó el empresario.
Además de las inversiones en maquinaria, Guercio señaló que aumentaron la producción este año en los tambos que tienen en Bermejo y en el Borbollón. "Se ha vendido mucha leche este año, y todo lo hacemos a pulmón, no hay créditos especiales ni nada", cerró el empresario.
Mejora la venta de quesos en las fábricas
Así como los incrementos en la leche derivaron en un aumento masivo de las ventas directas al público por parte de los tambos, las subas constantes de los quesos han impulsado las operaciones en las fábricas.
Leonardo Guercio, dueño de Tambo Guercio, explicó que las diferencias de precios son considerables. "En fábrica, el queso de rallar cuesta $ 330 por kilo y el cremoso $ 190 por kilo (fresco). Las hormas, en tanto, tienen precios de $ 280 y $ 180 respectivamente", lo que implica una brecha a favor de los fabricantes.