El consumo de carne está consolidado y en crecimiento pero muchos compradores no dudan en pasarse del "súper" a la carnicería o de la carnicería a las ofertas de los supermercados, según un informe especial del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), publicado en su revista Carne Argentina.
De acuerdo con el estudio, la fidelidad de los consumidores argentinos con el producto no se traslada al punto de venta y así "los compradores pasan del 'súper' a la carnicería, del supermercado a la carnicería del barrio o simplemente buscan puntos de venta más económicos dentro del mismo canal".
"El promedio histórico de compra de carne vacuna según punto de venta es aproximadamente 70 por ciento en carnicerías y 30 por ciento en supermercados", explicó Ulises Forte, titular del Ipcva, quien aclaró que "más de la mitad de los consumidores abandona la fidelidad a los puntos de venta si el bolsillo 'está flaco' y busca alternativas más económicas".
De acuerdo con el Monitor de Estudio de Mercado del Instituto, si bien 36 por ciento de los encuestados asegura que ante el aumento de precios sigue comprando de la misma manera, 23 por ciento sostiene que ahora compra más en carnicerías y menos en supermercados, 10,3 por ciento asegura lo contrario, 20,1 por ciento cambió su carnicería de siempre por otra más barata, y un 9,6 por ciento elije otro supermercado más económico al que compraba antes.
Entre los "infieles", son muchos más los compradores dispuestos a pasar del supermercado a las carnicerías que de éstas a un "súper", señaló el organismo, que agregó que un número similar está dispuesto a seguir comprando en las clásicas carnicerías pero buscando mejores precios y una minoría "salta" de los negocios del barrio a los supermercados o busca otro súper más económico.
Según el informe de precios minoristas que elabora mensualmente el Área de Estadística y Economía del Ipcva, en septiembre de 2017 los precios de la carne vacuna –que aumentaron en promedio 2 por ciento- tuvieron una significativa variación positiva, 3,9 por ciento, en los puntos de venta en barrios del nivel socioeconómico más alto.
En tanto, en los puntos de venta de nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas más moderadas, de 2 por ciento, y en los de nivel socioeconómico bajo la suba fue mucho más leve, de 1,6 por ciento.
"Esto quiere decir, hablando en criollo, que nadie tiene la 'vaca atada'", agregó Forte que, no obstante, aclaró que en el último año los aumentos de la carne vacuna fueron muy inferiores a los de la inflación y mejoró el consumo, ubicándose en 58,1 kilos por habitante contra los 54,4 kilos de 2016.
Según Forte, "en el último año la carne vacuna subió un 15 por ciento mientras que la inflación general fue del 22 por ciento"; asimismo, si se toman las variaciones de precios de las distintas carnes, la vacuna aumentó en el último mes 2 por ciento mientras que el precio del pollo fresco subió 6,9 por ciento y el pechito de cerdo 2,6 por ciento.
Adicionalmente, según el mismo estudio del IPCVA, si bajase la inflación, 45,3 por ciento de los encuestados asegura que compraría mayor cantidad de carne y otro 41,1 por ciento que se mantendría en un mismo nivel de compras; es decir que 86% de los compradores habituales traccionarían más la demanda interna.
En ese sentido, ante un escenario que parece optimista en cuanto a la evolución de la economía del país, la baja de la inflación y el paulatino crecimiento del consumo, el 56,7 por ciento de los encuestados asegura que es "muy probable" o "bastante probable" que aumente el consumo de carne vacuna en los próximos meses.
"Este estudio nos demuestra varias cosas: por un lado que el mercado interno está consolidado y en crecimiento; por otro, que podemos integrar cada vez mejor la media res entre el consumo doméstico y las exportaciones", concluyó Forte.
El consumo de carne se mantiene pero los compradores buscan "precio"
Desde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna aseguraron que lo consumidores están muy atentos a las ofertas.
Lo Más Destacado